Lunes 18 de octubre de 2010, p. 27
París, 17 de octubre. La batalla sobre la reforma del sistema de jubilación en Francia entrará en una etapa decisiva, con una nueva jornada de huelga el martes, en vísperas de la votación en el Senado, y el posible endurecimiento de los camioneros, mientras se teme por la escasez de combustible.
Después de una semana de movilizaciones sin precedentes desde que comenzaron las protestas contra esta reforma que prevé dos años más de trabajo (jubilación parcial a los 62 años en lugar de 60, y total a los 67 años en lugar de 65), el movimiento llega a una fase crítica.
Nicolás Sarkozy ha insistido en que el gobierno llevará a cabo esta reforma crucial y que no irá más lejos en las concesiones
. Por su parte, los sindicatos están decididos a aumentar la presión antes de que el Senado adopte el texto ya votado por los diputados. La cuestión fundamental consiste en saber si los más radicales pueden paralizar al país.
Pese a la continuación de la huelga en todas las refinerías y al asalto de los automovilistas a las estaciones de gasolina, el primer ministro francés aseguró que no habrá escasez
de carburante.