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Israel califica de tragedia la visita del presidente iraní; EU lo acusa de provocador

Vaticina Ahmadinejad en Líbano la desaparición de los sionistas

Hassan Nasrallah, dirigente de Hezbollah, le regaló el fusil de un soldado israelí capturado en 2006

El gobierno libanés, satélite de la república islámica, dice el primer ministro Benjamin Netanyahu

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Simpatizantes de la milicia libanesa participan en la recepción al líder iraníFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de octubre de 2010, p. 30

Bint Jbeil, 14 de octubre. El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad aseguró hoy ante miles de libaneses que va a darse la desaparición de los sionistas, a escasos kilómetros de la frontera con Israel, durante un viaje simbólico y controvertido al sur de Líbano.

Por la noche, Ahmadinejad sostuvo una reunión con Hassan Nasrallah, el jefe de Hezbollah, el movimiento chiíta político y militar más poderoso del país, quien le obsequió el fusil de un soldado israelí, botín de la guerra de 2006.

Horas después, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, replicó: la dominación de Irán sobre Líbano, a través de Hezbollah, había impedido a Líbano ser un compañero de paz convirtiéndolo en un país satélite de Irán para promover la inestabilidad y el terror en la región.

Por su parte, Estados Unidos, aliado de Israel, dijo que la visita de Ahmadinejad a Líbano demuestra que continúa teniendo gestos provocativos.

Washington quiere aislar a Teherán por su programa nuclear, que asegura tienes militares –la acusación es rechazada por la república islámica– y dice que su apoyo a los militantes de Hezbollah socava la soberanía libanesa.

El líder iraní llegó por la tarde a la localidad de Bint Jbeil, llamada por los libaneses capital de la resistencia por ser una aldea duramente golpeada durante la agresión bélica israelí contra Líbano, que se extendió 34 días en 2006.

Hablando ante unas 15 mil personas en un estadio de Bint Jbeil, un bastión de Hezbollah, el mandatario iraní sostuvo que la ciudad es un símbolo de la resistencia frente a Israel. El mundo debería saber que los sionistas son mortales... hoy la nación libanesa está viva y es un modelo para las naciones regionales, dijo Ahmadinejad en su alocución.

Este jueves prometió el apoyo de su país a Líbano hasta el final y repitió que los sionistas van a desaparecer. Agregó entre aplausos que permaneceremos a su lado hasta el final, discurso pronunciando inicialmente en árabe para después continuar en farsi.

El mandatario iraní, que en octubre de 2005 dijo que Israel debía ser borrado del mapa, afirmó el miércoles pasado al gobierno libanés que Irán lo apoyaría a confrontar la hostilidad israelí.

Este jueves por la noche, al término de su visita oficial a Líbano, el mandatario iraní se entrevistó con el jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en la embajada de Irán en Beirut, donde hablaron de los resultados de la gira.

La última vez en la que los dos hombres, enemigos jurados de Israel, aparecieron juntos en televisión fue el pasado 26 de febrero, con ocasión de una reunión cumbre tripartita en Damasco con su otro aliado en la región, el presidente sirio Bachar Assad.

Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dijo a los medios que la visita del mandatario iraní demuestra hasta qué punto Hezbollah se ha tornado dependiente de Irán, y que Líbano se ha convertido en una herramienta en manos de otras entidades.

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El presidente iraní participa en una visita organizada por el grupo Hezbollah en Bint JbeilFoto Reuters

En Israel, la oficina del primer ministro y los principales ministerios israelíes coincidieron en que Ahmadinejad quiere convertir a Líbano en una extensión iraní y enfrentar al país mediterráneo con Israel. Más aún, el Ministerio de Defensa calificó la visita de Ahmadinejad como una tragedia.

Amos Gilad, encargado de la rama de asuntos políticos y de seguridad del Ministerio de Defensa, dijo que Hezbollah es una entidad que se está comiendo a Líbano, como un cáncer se come al cuerpo.

Gilad también calificó de tragedia la visita y cuestionó que líderes libaneses estén permitiendo que un hombre que no es árabe, y que además es un líder extremista, destroce Líbano por dentro.

Yiaal Palmor, vocero del ultraderechista canciller israelí Avigdor Lieberman, dijo que el mandatario iraní llevó a Líbano un mensaje de violencia y extremismo.

Arhey Eldad, miembro de Knesset (Parlamento israelí), reiteró en declaraciones al periódico The Independent que la visita habría sido una buena oportunidad para asesinar al presidente iraní, un acto que comparó con la idea de “haber matado a Hitler en 1939.

El Estado de Israel, el cual fue fundado para que los judíos siempre fueran responsables de su propio destino y nunca más enfrentaran exterminio, está en posición de asesinar en el sur de Líbano al hombre que resta legitimidad a nuestra existencia y amenaza con exterminarnos, agregó Eldad

En la prensa israelí, el periódico Yediot Aharonot destacó en sus titulares la cercanía del mandatario israelí, y tituló Ahmadinejad a un kilómetro, mientras el cotidiano Maariv resaltó: Ahmadinejad, más cerca que nunca.

La visita de Ahmadinejad fue criticada por la mayoría parlamentaria pro occidental libanesa y por Estados Unidos, que acusan a Irán de querer armar a Hezbollah.

Sin embargo, algunos políticos libaneses del sector pro occidental recibieron al mandatario iraní con gran respeto, porque saben que después tendrán que rendir cuentas en el gabinete a los ministros de Hezbollah, que tienen la supremacía militar en el país.

Por otro lado, la representante de Política Exterior europea, Catherine Ashton, quien representa al grupo de las seis grandes potencias en cuestión atómica, propuso a Teherán reanudar las negociaciones nucleares durante tres días en la sede de la Agencia Internacional de Energía Atómica en Viena, para mediados de noviembre.

Un portavoz de Ashton dijo que existen indicios positivos de que el jefe negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, está dispuesto a reunirse con la funcionaria en nombre de las potencias.

El presidente Ahmadinejad ha fijado ciertas condiciones para las futuras conversaciones, como que un mayor número de países deben involucrarse en el proceso, que las partes deben decir si buscan amistad u hostilidad con Irán y que deben expresar una opinión sobre el supuesto arsenal nuclear israelí.