Jueves 14 de octubre de 2010, p. 11
Las imágenes que vimos millones de personas del rescate en Chile pudieron haber sido las del salvamento de los mexicanos atrapados en Pasta de Conchos. La diferencia es que aquí, los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón hicieron lo que la empresa dijo. No tuvieron sensibilidad ni voluntad
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Afirmó lo anterior Carlos Rodríguez, director del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), una de las organizaciones civiles que apoyan a los familiares de los mineros fallecidos en el derrumbe del yacimiento de Coahuila –en 2006–, y que llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El contraste con los siniestros ocurridos en San José, Chile, y Pasta de Conchos es que en México el gobierno de derecha mandó al Ejército por delante. Cerraron la mina. Ni Fox ni Calderón estuvieron en el lugar de los hechos. ¡Qué diferencia! Aquí el gobierno tomó la decisión de no hacer nada
, sostuvo Rodríguez.
El Grupo Industrial Minera México y el gobierno federal podrán decir que la diferencia es que allá se trató de una mina de oro y cobre, y que Pasta de Conchos era de carbón, por lo que no podían rescatar a los trabajadores, debido a que había sustancias tóxicas. Pudieron haberlos sacado, aunque llevara tiempo, pero no quisieron
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Cristina Auerbach, de la organización Familia Pasta de Conchos, destacó: “Veo que hay de derechas a derechas. En México, los gobiernos de Fox y Calderón no tuvieron voluntad. En Chile, el mandatario estuvo presente después de la tragedia. Es un gobierno al que le importan los trabajadores. No tenía la técnica, las herramientas ni el conocimiento para rescatarlos, y contrató grandes máquinas, incluso en el extranjero, porque quería sacar viva a su gente.
A Fox y Calderón nos les importaron los trabajadores. Los dieron por muertos. Se notan las diferencias en las derechas. En México, los gobernantes panistas no salvaron a los mineros ni castigaron a los responsables. La administración chilena tampoco garantiza la seguridad de los mineros, tiene dos inspectores para mil yacimientos, pero tomó distancia de la política de Estado y la modificó. Contrató equipo técnico, material, asesoría para salvarlos.
En entrevistas por separado, Auerbach y Rodríguez coincidieron en que sí se pudo haber rescatado a los trabajadores de Pasta de Conchos, pero ni la empresa ni el gobierno quisieron hacerlo. Hay que recordar que dieron por muertos a todos, y que incluso extendieron certificados de defunción
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Cronología del siniestro
19 de febrero 2006. A las 02:30 horas ocurre una explosión y derrumbe en la mina ocho Pasta de Conchos, quedando atrapados 65 trabajadores a 150 metros bajo tierra. Once resultaron heridos por golpes y quemaduras.
20 de febrero. El Ejército mantiene el control del área. El gerente del yacimiento, Rubén Escudero, advierte que el equipo autorrescatador –oxígeno personal para cada trabajador– tiene una duración de seis horas.
23 de febrero. Se incorporan al salvamento seis empresas mineras y especialistas estadunidenses. Es la empresa y no el gobierno quien informa de manera oficial sobre las operaciones, lo que mantiene desconcertadas e incrédulas a las familias.
24 de febrero. Reconocen las autoridades la muerte de al menos 26 mineros. Informaron que el lugar donde estarían no es respirable y no puede sustentar la vida
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25 de febrero. Suspenden tres días la búsqueda”.
26 de febrero. Confirman la muerte de 65 trabajadores. La empresa ofrece compensaciones de 750 mil pesos, sueldos completos, becas. El Ejército sale del lugar.
21 de noviembre de 2007. La Secretaría de Energía dictó suspensión definitiva para operar cualquier obra y trabajo minero en Pasta de Conchos.
18 de agosto 2009. Con un operativo de policías estatales y privados agredieron a viudas de los mineros sepultados. El Grupo México ocupó las instalaciones y violó la suspensión que en 2007 dictó la Secretaría de Energía.
8 de junio 2010. Sellan la mina y dejan sepultados a 63 mineros.