El fantasmal espíritu de La Llorona se aparece de nuevo por las noches en Milpa Alta; las personas que la han visto, con asombro y temor, sólo miran cómo avanza, pero nunca le ven los pies.

Unos dicen que tiene largas garras, otros afirman que es una mujer muy hermosa, de cabello largo y vestida de blanco, que aparece a medianoche flotando. Lo más curioso de todo, dicen los habitantes, es que las personas que la han seguido aparecen muertas al siguiente día.

La Llorona, leyenda de Malacachtepec Momoxco, en la delegación Milpa Alta, se estrenó en el atrio de la parroquia de La Purísima Concepción en el Centro de Villa Milpa Alta, el pasado lunes 27 de septiembre.

Se representará al aire libre los lunes de octubre, a las 19 horas, en los 12 pueblos que integran la demarcación.

La leyenda de La Llorona se monta en Milpa Alta desde hace 23 años. Se estrenó en 1987, año en el que los milpaltenses representaron a México en el primer Encuentro Internacional de Antropología Teatral en Bahía Blanca, Argentina, invitados por el dramaturgo Eugenio Barba, quien dirigió dicho encuentro.

En esta ocasión participan en la representación 45 relatores, entre jóvenes, mujeres, hombres y ancianos, todos habitantes de Milpa Alta, quienes se encargan de narrar las distintas historias de La Llorona que –dicen– son reales y han ocurrido en esa demarcación.

Asimismo, el montaje cuenta con la participación de dos grupos de danzantes y las actuaciones de Socorro Bonilla y Eduardo Cázares.

El montaje de la leyenda de La Llorona intenta ofrecer una interpretación simbólica del mítico personaje femenino como la tierra que fue mancillada y tuvo que dar nuevos frutos; es decir, como la madre del mestizaje.

La Llorona que se representa es una mujer enamorada de un español, con quien nunca se casa, pero con el que tiene dos hijos. También es una enamorada de lo suyo, ya que conserva sus raíces indígenas. Es la mujer indígena que mata a sus hijos para evitar que el español se los quite.

El grito de La Llorona, explica la directora Marisela Lara, “ha quedado en la memoria colectiva del pueblo desde antes de la llegada de los españoles. Cihuacóatl, dicen los códices, bramó cuando los hombres blancos llegaron. Llegó a Tlatelolco y en lugar de cargar una cuna en su rebozo llevaba un cuchillo de perdernal, y advirtió a los mexicas que pronto tendrían que defender sus vidas porque serían vencidos.

Desde entonces cada vez que vivimos y padecemos un sufrimiento muy fuerte aparece este personaje, como presagio, dice Lara.

Para la creadora escénica y antropóloga teatral, La Llorona no es sólo un personaje, sino un proceso de nuestra identidad.

La representación se llevará a cabo al aire libre e itinerará por los 12 pueblos de Milpa Alta. La idea es estar en contacto con la naturaleza, la tierra, el aire, las fogatas, el copal y la noche. Con ello se espera generar una singular atmósfera para acercarse a la leyenda.

Entre las danzas que los grupos de concheros interpretarán figura la de los nahuales y la de paso de camino.

Cada historia que integra el espectáculo “es considerada verdadera en Milpa Alta, como la más reciente, la cual habla sobre bolas de fuego que aparecen por estos rumbos, acompañadas por el lamento de La Llorona”, comenta Lara.

El montaje conjuga dos tiempos, detalla Lara: “uno en el que los habitantes de la demarcación cuentan la historia de La Llorona, y otro, en 1640, año en el que se dice que comenzó a aparecer la mujer en Milpa Alta, historia a la que se encadenan otras, como las de nahuales, entre ellas ésa que dice que estos seres castraban a aquel hombre que permitiera que se llevaran a su prometida, por no defenderla, o esa que asegura que los nahuales se llevan y se comen a los hijos de una mujer que procrea hijos con un blanco”.

La representación de La Llorona, indicó el delegado de Milpa Alta, Francisco García Flores, es una de las actividades con las que esa demarcación conmemora el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, y en vísperas de la celebración del Día de Muertos.