Lujambio afirmó en días pasados que en ese periodo el avance fue de cero
Sábado 9 de octubre de 2010, p. 33
El crecimiento de la cobertura en educación superior en México ha sido gradual, por lo que no es sostenible
la afirmación del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, de que en 16 ciclos escolares –de 1980 a 1996– el avance en este sector fue de cero, aseguró Manuel Gil Antón, catedrático de El Colegio de México (Colmex) y experto en el análisis de ese sistema de enseñanza. Dijo que en ese periodo, sólo la matrícula aumentó 64 por ciento.
Debemos ser muy claros. Sí hay aumento en la cobertura de educación superior, pero ha sido gradual tanto en instituciones públicas como en privadas. Sólo en estas últimas, la matrícula total atendida de 1970 a 2003 creció de 14 a 33 por ciento, es decir, el incremento no ha sido sólo resultado de la inversión pública ni de la decisión de un gobierno
, señaló.
Luego de que el titular de la SEP afirmara el pasado miércoles que la administración federal ha dado una prueba cabal
del compromiso con los jóvenes, al incrementar en 5 por ciento la cobertura en educación superior, en comparación con periodos de gobierno donde no hubo crecimiento alguno, Gil Antón señaló que cifras oficiales muestran que de 1980 a 1985 la matrícula aumentó 28 por ciento, y si se analiza la década de 1980 a 1990, el incrementó fue de 34 por ciento.
“Si consideramos el periodo citado por el secretario Lujambio –de 1980 a 1996–, de acuerdo con las propias cifras presentadas por el presidente Felipe Calderón en su cuarto Informe de gobierno, pasamos de 936 mil a un millón 533 mil jóvenes en educación superior, datos en los que se incluyó tanto a alumnos de licenciatura en el sistema presencial, como aquellos que cursaban posgrado”.
Sin embargo, alertó que para conocer el crecimiento real de la cobertura en dicho nivel de enseñanza se debe comparar la matrícula y el grupo de edad que se busca atender. Por ello, indicó que son las mismas cifras oficiales las que establecen que en 1960 la tasa de cobertura era de apenas 3 por ciento, es decir, sólo tres de cada 100 jóvenes acudían a la universidad
.
Para 1970 –explicó– era de 6 por ciento; mientras en 1985, 14 de cada 100 mexicanos de 20 a 24 años asistían a las aulas universitarias, cifra que se incrementó a 15 en 1992, y para 1999 casi eran 18 de cada 100 los que estaban inscritos en una institución de educación superior.
Resulta preocupante –indicó Gil Antón– que ahora lo que parece que no quiere verse es que en el periodo de 1980 a 1990 hubo una de las peores crisis económicas que ha vivido el país, lo que redujo no sólo los presupuestos universitarios, sino el poder adquisitivo de las familias mexicanas, y con ello, la demanda de ingreso a este nivel educativo también fue menor
.
En cuanto a la tasa de cobertura en instituciones privadas, destacó que hubo un claro aumento en la década de 1980 a 1990, pues mientras en 1970, 86 por ciento de los jóvenes cursaban estudios en universidades públicas, sólo 14 por ciento asistía a privadas, pero en 1999 el porcentaje era de 72 por ciento en públicas y 28 por ciento en particulares, cifra que se incrementó a 33 por ciento en 2003, por lo que hoy atiende a un tercio de los alumnos
.
En cuanto a la creación de 75 instituciones públicas de educación superior en lo que va del sexenio, afirmó que una cosa es ver la cantidad de universidades y otra la calidad de la educación que se imparte en ellas, pues como cualquier otro campus, debe contar con bibliotecas, personal académico capacitado y planes de estudio pertinentes
.