Todas las investigaciones apuntan a Lucio Gutiérrez, ex presidente y militar retirado
Domingo 3 de octubre de 2010, p. 29
Quito, 2 de octubre. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras volver a sus actividades habituales al frente del gobierno pidió hoy a los ecuatorianos seguir respaldando
a la policía nacional y evitar juicios negativos contra la institución formada por 42 mil uniformados, por culpa de unas cuantas decenas de criminales
que atentaron contra el mandatario el jueves.
Aun cuando el jefe de Estado salió en defensa de la institución, Correa denunció que el mayor retirado del ejército Fidel Araujo fue uno de los infiltrados
por el ex presidente y coronel retirado Lucio Gutiérrez, para dirigir el intento de golpe de Estado del jueves, al tiempo que la fiscalía general prosiguió la averiguación de los hechos iniciada el viernes y ordenó los primeros tres arrestos para reunir evidencias del caso.
Araujo es considerado en círculos políticos como uno de los hombres más cercanos a Gutiérrez, quien gobernó de enero de 2003 a abril de 2005, hasta que fue expulsado del poder por un movimiento indígena y popular.
Gutiérrez se alió primero con organizaciones de izquierda, pero luego rompió con ellas e impulsó desde la presidencia políticas neoliberales que había rechazado, cuando era militar, durante un levantamiento contra el presidente Jamil Mahuad, en enero de 2000.
Correa exhibió en un programa de la televisión pública imágenes de Araujo cuando dirige, teléfono en mano, la movilización policial en la que el presidente fue agredido y luego secuestrado por uniformados en el hospital de la corporación en el sur de Quito.
Araujo es prominente miembro de Sociedad Patriótica, partido que postuló a Gutiérrez a la presidencia en abril de 2009, que quedó en segundo lugar después de Correa, con 26.8 por ciento de los votos. El presidente denunció que el ex militar está detrás del intento de golpe de Estado, pese a que Gutiérrez lo negó desde Brasilia, donde se encuentra de visita.
La fiscalía general, en tanto, ordenó el arresto preventivo
de tres coroneles del cuerpo policial, identificados por el sitio noticioso en Internet Ecuadorinmediato como Manuel Rivadeneira, Julio César Cueva y Marcelo Echeverría.
Los oficiales fueron acusados ayer por la fiscalía de ser presuntos corresponsables de los delitos de intento de homicidio y atentado contra la seguridad del Estado, pero un juez en Quito los dejó en libertad luego de practicar los respectivos interrogatorios, puesto que de momento no hubo elementos que probaran su culpabilidad.
Los uniformados, que estarán sujetos a nuevos procesos de investigación, no podrán salir del país ni vender bienes.
Versión de médicos
A las declaraciones de políticos de la oposición que negaron que los acontecimientos del jueves hayan tenido la intención de atentar contra Correa, secuestrarlo y dar un golpe de Estado, se sumó hoy la versión de dos médicos del nosocomio policial, Gilberto Calle y Fernando Vargas, quienes también rechazaron esa versión.
Los médicos dijeron a un medio local que en la mañana del jueves atendieron a Correa por un cuadro de asfixia y presión alta, tras de lo cual hubo dos intentos de sacarlo, a lo que se negó el presidente, que esa mañana denunció vía telefónica que era objeto de constante acoso por policías.
En la revuelta –cuyo balance oficial es de ocho muertos y 278 heridos–, Correa fue atacado por uniformados con el pretexto de rechazar una nueva Ley Orgánica del Servicio Público.
El mandatario, quien acudió hoy al funeral de Juan Pablo Bolaños, un estudiante de 24 años que se manifestó contra el cautiverio de Correa en el nosocomio, ofreció hoy más detalles sobre las acciones para matarlo el jueves. Les falla la estrategia de desestabilizar al gobierno y entonces el plan B era asesinar al presidente
, dijo. “Uno de los policías que cae, un sargento, era uno de los que me estaba escoltando; la bala –puntualizó– era para mí”.