El ex dirigente del PAN Manuel Espino afirmó ayer que usará todos los recursos políticos y legales a su alcance para defender sus derechos como militante del blanquiazul y dijo que sus detractores no se saldrán con la suya.

Tras ser notificado del proceso de expulsión que la dirigencia nacional panista inició en su contra, dijo que esa medida es un intento de coartar la libertad de expresión de los militantes y parte de una cacería de brujas.

 Si se impone la mordaza azul, agregó, se sentará un precedente lamentable para el PAN y la política mexicana, y será muy fácil imponer el silencio del autoritarismo a cualquier militante.

Espino calificó de estupidez correr a un militante por disentir y quejarse de los actos impositivos de una dirigencia que ha permitido en exceso la intromisión del gobierno en decisiones del PAN.

En conferencia de prensa, dijo que espera que haya una actitud de reconsideración del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), pues miles de panistas están dispuestos a dar la pelea y no permitir que el PAN se descarrile  por el capricho de unos cuantos que se creen panistas por el hecho de tener una credencial.

Resaltó que el CEN está a tiempo de reconsiderar e invitó al Presidente de la República a revisar su actitud, porque no puede imponer sus fobias personales a la institución que cobija a ambos.

Insistió en que la decisión de expulsarlo se adoptó en Los Pinos entre abril y mayo, y aunque la medida no se ha concretado, la dirigencia panista se encargó de avisar a organizaciones fraternas, como la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales de España, que ya fue expulsado.

Espino mostró el expediente en el que lo acusan de actos reiterados de indisciplina, agravio al PAN en los estados de Oaxaca, Durango, Veracruz y México, de llamar a votar en favor de otros partidos y provocar la derrota del panismo, y rechazó haber cometido esas acciones.