Monterrey, NL 23 de septiembre. A partir de hoy todas las empresas cigarreras del país están obligadas a incluir fotografías y mensajes de advertencia en las cajetillas de sus productos para alertar a los consumidores sobre los riesgos del tabaco, según definen los cambios a la ley general para el control del tabaco, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 2009.

Especifica la legislación que los pictogramas deberán abarcar un espacio de 30 por ciento de la parte superior del frente de las cajetillas y toda la parte trasera y frontal para las leyendas.

El presidente del consejo y director general de British American Tobacco, Andrea Martini, declaró que la empresa invirtó 25 millones de pesos este año para cumplir con la medida. Adelantó que la compañía gastará 35 millones más el año que entra, debido a que las disposiciones establecen que cada tres meses se deben rotar las fotografías.

Explicó que tanto el material gráfico como las leyendas fueron definidos por la Secretaría de Salud. En total son ocho fotos e igual número de advertencias y se deben publicar por lo menos dos cada trimestre. En una de las imágenes aparece una persona conectada a un tanque de oxígeno y en otra se muestran las consecuencias que el tabaquismo tiene en los dientes.

Disposición agresiva

Durante un recorrido por la fábrica principal de British American Tobacco, ubicada en Monterrey, el funcionario señaló que esta disposición es una de las más agresivas (sic) en el mundo, debido a las características de las imágenes y al espacio que deben abarcar.

La empresa calcula que las nuevas cajetillas, cuya producción comienza hoy, llegarán a finales de año a los estantes de las tiendas, aunque eso dependerá de la velocidad con que se desplace el producto existente. No será extraño que ambos empaques se encuentren durante un tiempo en las tiendas.

Hasta el momento no hay una estimación del efecto que la medida tendrá en las ventas, debido a que se agrega a otras como la prohibición de fumar en lugares cerrados.

Martini destacó que de 2006 a la fecha, el consumo de tabaco en el país ha ido disminuyendo a una tasa de 3 por ciento anual, en parte por las campañas de concientización y en parte por la constante alza de los impuestos. En México 63 por ciento de lo que un consumidor paga por una cajetilla de cigarrillos corresponde al pago de impuestos.

Entendemos que los aumentos tienen fundamentalmente el objeto de inhibir el consumo de cigarro por las consecuencias que fumar tiene para la salud, indicó.

En 2006 se aprobó incrementar el impuesto especial para productos y servicios (IEPS) con una tasa de 110 a 140 por ciento para 2007. Al año siguiente pasó a 150 y a 160 en 2009.

Martini estimó que para este año la recaudación del gobierno federal sólo por los impuestos a la industria tabacalera oscilará de 26 y 28 mil millones de pesos. Consideró que como los gravámenes se aplicaron de manera gradual eso ayudó a que no se fomentara el comercio ilícito.

Comentó que en este país delitos como la piratería, el contrabando y el robo provocan afectaciones relativamente leves que ascienden a 2 por ciento de las ventas .