El director de la policía ministerial de Guerrero, Fernando Monreal Leyva, informó ayer en Chilpancingo que hay evidencias de que sicarios de La Familia Michoacana fueron quienes emboscaron y asesinaron el viernes pasado a ocho agentes de esa corporación.

Entrevistado tras participar en el homenaje a Rangel Salmerón Ortega, Sabás Jiménez Serrano y Salvador Morán Cuevas, tres de los caídos, el funcionario señaló que fueron al menos 30 los atacantes y que la matanza –de la que se salvó un agente– ocurrió en el poblado El Revelado, municipio de Tlatlaya, estado de México.

Cuatro de los seis cuerpos encontrados el sábado por la tarde estaban decapitados y descuartizados a la entrada del municipio de Acapetlahuaya, dentro de la patrulla que tripulaban y con un mensaje que les imputaba disfrazarse de ministeriales para respaldar a Los Pelones.

Ayer, en el estado de México también hubo cinco asesinatos atribuidos al crimen organizado. En el resto del país fueron 23 las muertes reportadas en horas recientes, 13 en Chihuahua, entre ellas la de un presunto sicario abatido por militares el sábado en la capital estatal, durante un tiroteo que terminó con la captura de cinco de sus cómplices y el decomiso de un fusil Barret antiblindaje, entre otros pertrechos.

En Ciudad Juárez se perpetraron 11 de los homicidios en la entidad chihuahuense, y entre las víctimas figura Jorge Homero Reyes Fabela, de 36 años de edad y agente del Centro de Inteligencia Policial del estado. En distintos hechos también fueron ultimados a balazos Pedro Pulido Dávila, de 14 años, y su abuela Yolanda Dávila Meraz, de 52.

En Morelia, Michoacán, hubo una ejecución reivindicada por La Familia. Dos más ocurrieron en Xochitepec, Morelos; dos en Culiacán, Sinaloa, y otras dos en Jalisco. Estas últimas incluyen la de un sujeto cuyo cadáver apareció atado a una silla en plena calle de la cabecera municipal de El Salto, sin ojos ni orejas y con un mensaje escrito en el pecho.

Por lo que hace a Nayarit, hubo tres asesinatos: el de Julio César Acosta, de 37 años, cuyos victimarios lo golpearon dentro de su domicilio, en el municipio de Acaponeta, y cuando quiso escapar ayudado por sus padres fue abatido a la distancia con fusiles AK-47 y AR-15.

Por último, en Nuevo León, presuntos delincuentes organizados atacaron con granadas de fragmentación una gasolinera y una discoteca en Monterrey, entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, con saldo de dos personas lesionadas en el segundo de los incidentes.