Realizar un megapuente para el sector público del país con motivo de las fiestas del bicentenario de la Independencia, del miércoles 15 hasta el domingo 19 de septiembre, es un acto demagógico e innecesario en un país en crisis, y en el terreno educativo sólo rompe el ritmo de trabajo de los estudiantes. Así lo afirmó Hugo Casanova, académico del Centro de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien consideró que la decisión del presidente Felipe Calderón, tomada supuestamente con el objetivo de promover la participación ciudadana y la cohesión social, envía un mensaje de superficialidad. Se trata de una medida con tintes demagógicos. Eludir la acción gubernamental e irse por los festejos es un terreno facilón y poco sustantivo para un país que está en una crisis terrible, y necesita más dedicación y voluntad de trabajo, señaló Casanova en entrevista telefónica. En términos de educación, esto nos representa un rompimiento en la estructura educativa. Medidas de esta naturaleza sólo sirven para romper el ritmo de trabajo de los muchachos y los profesores, y me parece que hay muchas voces que en este momento quisieran menos fiesta y más soluciones estructurales, expresó. Regalarle días a la burocracia, añadió, simbólicamente envía un mensaje de ligereza, de superficialidad o de frivolidad política. El contraposición, el especialista en temas educativos Ángel Díaz Barriga, estimó que el megapuente forma parte normal de los festejos por el bicentenario, y no representa ningún problema para el sistema escolar del país.