Publica experto en L’Osservatore Romano
Sábado 4 de septiembre de 2010, p. 6
Ciudad del Vaticano, 3 de septiembre. El polvo y los sedimentos que llevan a la Capilla Sixtina los más de 20 mil visitantes diarios y un control ambiental inadecuado amenazan con dañar el tesoro renacentista, advirtió el director de los museos Vaticanos, Antonio Paolucci, en un artículo publicado este viernes en el periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano.
La humedad y el calor excesivos, así como el esmog y las partículas de polvo dañan las obras de arte, escribió Paolucci. Si bien hay un filtro que provee aire puro y temperaturas constantes en la conocida capilla, se ha vuelto insuficiente debido a la sobrecarga del sistema.
Además, los restauradores removieron cantidades inimaginables
de polvo y residuos de la capilla durante la limpieza que se realizó en las noches de verano, luego de un periodo de cuatro años, lo cual hizo visibles las primeras señales de deterioro en los frescos.
Si queremos preservar la Capilla Sixtina en condiciones aceptables para futuras generaciones, este es el desafío que tenemos que ganar
, advirtió el funcionario.
Entre 20 mil y 25 mil personas visitan diariamente la Capilla Sixtina, es decir unos 4 millones de personas al año, y la tendencia va en aumento. Ahí se encuentran los frescos de Miguel Ángel, que muestran escenas de la Biblia, entre ellas La creación de Adán, en la que Dios se estira para tocar la mano del primer hombre, y El juicio final. Miguel Ángel (1475-1564) trabajó incansablemente durante cuatro años en la que hasta ahora es considerada su obra maestra, sitio donde se reúnen los cardenales para la elección de Papa.
Desde 1994, la Capilla Sixtina luce colores renovados, después de una rehabilitación de 15 años.