Un comando de más de 10 hombres armados irrumpió en las instalaciones del Club Campestre de Parral, Chihuahua, y secuestró al empresario Olegario Guzmán Orquiz, compadre y amigo del gobernador electo del estado, el priísta César Duarte Jáquez.

El hehco consternó a los habitantes de Parral –en el sur de la entidad–, de donde son originarios Guzmán Orquiz y el mandatario electo, cuyo círculo familiar ha sufrido dos ataques del crimen organizado en menos de mes y medio.

El 14 de julio, Mario Humberto Medina Velo, sobrino de César Duarte, fue asesinado al resistirse a ser secuestrado por un grupo armado fuera de un negocio propiedad de su familia, en la capital. El 27 de julio, Alberto Porras Duarte, primo del gobernador electo de Chihuahua, fue ultimado por un comando en Parral.

Olegario Guzmán tiene varias empresas en el sector forestal, bienes raíces y negocios dedicados a la venta de madera. Hasta ahora, la Procuraduría General de Justicia de la entidad no ha emitido ninguna información oficial sobre la privación ilegal de la libertad; sin embargo, allegados al círculo cercano de Duarte Jáquez expresaron su preocupación por lo que pudiera suceder al empresario.

Entre la noche del domingo y este lunes, autoridades policiacas de Chihuahua reportaron 14 homicidios vinculados con la delincuencia organizada: cinco en Ciudad Juárez, tres en Parral, tres en Cusihuiriáchi y uno en Ascención, Guachochi y Bocoyna.

En el municipio fronterizo de Miguel Alemán, Tamaulipas, 14 presuntos sicarios fueron ejecutados a balazos, la mayoría en el poblado Los Guerra, revelaron fuentes castrenses.

Además, el fin de semana pasado un comando baleó las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) en Matamoros y otro grupo armado tiroteó las oficinas de Seguridad Pública de Tampico.

La Procuraduría Gneral de Justicia de Hidalgo informó sobre el hallazgo de siete cadáveres en dos tiros de mina ubicados en Pachuca y Mineral del Chico, así como la detención de 12 personas, incluidos dos policías municipales de Tepeapulco, presuntamente ligados al hampa.

Una primera versión extraoficial indicaba que eran 19 los cuerpos localizados, pero más tarde la dependencia precisó el número. Indicó que los siete cadáveres llevaban en esos sitios entre año y año y medio; algunas de las víctimas tenían cinta canela en la cara y otros estaban maniatados.

En Guerrero, cuatro personas fueron asesinadas con armas de fuego, tres en una emboscada perpetrada en el municipio de San Miguel Totolapan y una más cuyo cuerpo fue colgado de un árbol del municipio de Quechultenango con los genitales cercenados.

El crimen organizado dejó un saldo de cinco muertos en Baja California, entre ellos dos cuyos cuerpos fueron descubiertos en una fosa clandestina de Tijuana, en la que podría haber otros dos cadáveres, según indagatorias de la policía local.

En el municipio de Xalisco, Nayarit, un grupo armado perseguía a los tripulantes de una camioneta negra, la cual se impactó contra un árbol de la vivienda propiedad de los hermanos Jesús, Luis y Gloria Torres Solano, quienes salieron a reclamar al ver lo sucedido y en respuesta fueron acribillados.

En Sinaloa, ayer, hubo ocho ejecuciones en los municipios de Culiacán, Mazatlán, Badiraguato y Mocorito. Además, presuntos sicarios levantaron a Enrique Augusto Montreal, director de Seguridad Pública del municipio de San Ignacio.

Los agresores atacaron a balazos y con granadas el vehículo en el que viajaba el jefe policiaco, por la carretera México 15, para obligarlo a hacer alto. La unidad se impactó con un árbol y volcó. En su interior quedaron rastros de sangre. Hay versiones encontradas sobre si el funcionario iba con escoltas.

En el municipio de Cárdenas, Tabasco, el policía ministerial José del Carmen Zapata fue asesinado por un grupo de sicarios. Una mujer fue alcanzada por las balas y falleció, mientras que el empleado de un comercio resultó herido.

La jornada violenta cerró con 12 crímenes en Sonora, Michoacán, Morelos, Durango, estado de México, Jalisco y Nuevo León. Entre los occisos se encuentra el policía estatal de Durango Daniel Hernández.

La madrugada del lunes, desconocidos lanzaron dos granadas contra las instalaciones de la policía municipal de Sabinas, Nuevo León, de las cuales una estalló dañando la puerta principal y muros del inmueble, así como una patrulla municipal y una unidad de la PGR. En el inmueble se encontraban dos uniformados, quienes resultaron ilesos.

En Nuevo León, personal de la Secretaría de Marina-Armada de México, en coordinación con agentes estatales, logró rescatar a cinco hombres y una mujer que se encontraban privados de su libertad en un domicilio del municipio de San Pedro Garza García.