La organización El Poder del Consumidor indicó que la habilitación del gobierno federal de incluir productos con edulcorantes en escuelas de nivel básico tiene como finalidad imponer de manera abierta los intereses empresariales en la salud pública y en los derechos de la infancia, por lo que consideró que la Secretaría de Salud debe emitir una norma oficial extraordinaria que lo impida.

Demandó que en los lineamientos para la venta de alimentos y bebidas en las escuelas se restablezca la densidad calórica y se cierren las cooperativas en los centros educativos públicos con horarios limitados.

Alejandro Calvillo, director de la organización, anunció el inicio de una campaña nacional informativa para desprestigiar los edulcorantes y evitar que los escolares consuman bebidas light, ya que la medida de autorizarlas en lugar de los refrescos no tendrá efectos en la reducción del sobrepeso y la obesidad.

Responsabilizó a los secretarios de Salud, Educación y Economía, José Angel Córdova, Alonso Lujambio y Bruno Ferrari, respectivamente, de imponer los intereses de la industria alimentaria mediante el retiro del criterio de densidad calórica y la introducción de dichas bebidas en los lineamientos sobre comida.

El secretario de Salud, dijo, ha permitido que se impongan los edulcorantes; sin embargo, la venta de estos productos en las escuelas no tiene justificación cientiifica. No conocemos un país donde esto haya ocurrido, y toda la evidencia científica es en el sentido de aplicar el principio precautorio, porque los niños tienen el derecho a la salud establecido en la Constitución, aseveró.

Dijo que en en investigaciones realizadas en Estados Unidos, Italia, Sudáfrica y Grecia, entre otros países, se ha encontrado que el aspartame –uno de los edulcorantes más utilizados en alimentos y bebidas industrializados– puede ocasionar cáncer y trastornos neurológicos, entre otros.

En conferencia de prensa, advirtió que en naciones como Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y España se prohibió la venta de bebidas con esta sustancia en las escuelas, por lo que no hay razón para permitir su ingreso en México.

“Es importante que de las escuelas salgan los refrescos y no entren las bebidas light, porque generarán un mercado donde no lo hay. Es decir, el Estado da un nicho cautivo a las empresas para que se enriquezcan con una población a la cual no van dirigidas esas bebidas y para ello, dijo, basta ver su publicidad, donde nunca vas a ver que está dirigida a los niños.