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Continúan su protesta por la decisión de la Suprema Corte de liberar a 29 implicados

A casi 13 años de la matanza de Acteal, realizan Las Abejas jornada por la justicia y el no olvido

Los excarcelados se pasean libremente por las comunidades y caminos de Chenalhó, señalan

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 13 de agosto de 2010, p. 18

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 12 de agosto. Unos 200 indígenas de la organización civil Las Abejas marcharon en esta ciudad y realizaron una jornada de 12 horas de acción por la justicia y el no olvido, para seguir protestando por la decisión del Poder Judicial federal que hace un año liberó a 29 tzotziles acusados de haber participado en la matanza de 45 indígenas en Acteal el 22 de diciembre de 1997, como resultado de una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y para que no se borre de la memoria esa injusticia.

La agrupación denunció que los 29 excarcelados se pasean libremente por las comunidades y caminos de Chenalhó, a pesar de que las autoridades estatales les compraron tierras en otra zona para evitar que regresaran a sus parajes y se generaran confrontaciones.

Sobrevivientes de la matanza manifestaron que la presencia de los paramilitares liberados representa un peligro para su seguridad porque las armas usadas en la masacre continúan escondidas en las comunidades, ya que el gobierno nunca los desarmó.

María, a quien le mataron a nueve familiares el 22 de diciembre de 1997, dijo: Los paramilitares ya están contentos porque están libres y con sus familias, con su dinero, pero nosotros, los que perdimos a nuestros padres y madres, ya no los estamos viendo porque fueron masacrados.

Catarina, otra testigo, sostuvo que si no los hubiéramos perdonado (a los asesinos) ya habríamos tomado venganza y los habríamos matado como hicieron con nuestros familiares, pero ese no es nuestro trabajo, porque somos pacifistas, y lo que queremos es justicia. Tenemos buen corazón y estamos para decir la verdad.

Elena, también sobreviviente, comentó: Los liberados fueron los que mataron a nuestros familiares. Yo no tengo miedo de decirlo porque estoy diciendo la verdad; soy sobreviviente, estuve el 22 de diciembre cuando fue la masacre: nadie me puede decir que estoy inventando ni acusarme de mentirosa.

Los miembros de Las Abejas, organización a la cual pertenecían las 45 víctimas, comenzaron la manifestación en el barrio La Quinta, en el poniente de San Cristóbal, con una gran manta roja con letras negras que decía: México está cubierto de impunidad y sangre de los mártires de Acteal, y con cruces verdes de madera.

Luego de recorrer calles y avenidas llegaron a la plaza catedral, donde al mediodía comenzaron la jornada de 12 horas con actividades religiosas y culturales y una especie de vigilia en protesta por la resolución de la Suprema Corte de Injusticia de la Nación, cuyos ministros de los supremos salarios avalaron la suprema impunidad.

Los manifestantes hicieron un altar con 45 cruces en círculo y cuatro más pequeñas en el centro, que representaban a los bebés de cuatro mujeres embarazadas asesinadas, con sendas veladoras; luego hicieron un rezo.

José Alfredo Jiménez Pérez, dirigente de Las Abejas, leyó un comunicado en el que manifestó: la masacre de Acteal es un crimen de Estado que no se olvida: nuestra lucha por la verdad y la justicia no se negocia ni se condiciona con dinero o migajas o desechos del mal gobierno.

Exigió castigo para los autores intelectuales de la matanza: los entonces presidente Ernesto Zedillo, secretario de Gobernación Emilio Chuayffet, gobernador Julio César Ruiz Ferro y comandante de la séptima región militar Mario Renán Castillo.

Después de 12 años y medio del multihomicidio, quedan en prisión 52 tzotziles sentenciados por los hechos y 27 órdenes de aprehensión no ejecutadas.