El secretario de Finanzas de esta ciudad, Mario Delgado Carrillo, afirmó que el costo que paga el Distrito Federal por ser la capital del país equivale a 10 por ciento de su presupuesto anual, cifra que sólo para 2010 equivale a 13 mil millones de pesos.

Al hablar durante el Foro de capitalidad: casos de megalópolis en el mundo, el funcionario expuso ante representantes de países como Brasil, Argentina y Estados Unidos, que a esa situación se añade el hecho de que a pesar de ser la ciudad de México el centro político y económico del país, se encuentra inscrito en un pacto fiscal muy inequitativo, en el que genera y entrega más de 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, y a cambio recibe 10 centavos de cada peso que aporta.

Tenemos que entender el papel estratégico de la ciudad de México en el futuro del país, pues es el principal activo que se tiene a escala nacional en esta competencia global, remarcó el responsable de las finanzas locales, quien sentenció: si no dejamos de ver al DF como entidad a la que se le puede ir quitando cada vez más recursos, vamos a apagar el principal motor económico del país.

Respecto del costo de capitalidad, Delgado Carrillo expresó que esa situación se podría resolver si se cobran un impuesto especial, se quitan exenciones a inmuebles federales o se incluye a esta ciudad en fondos federales participables de los que hoy está excluida.

Laura Velázquez, secretaria de Desarrollo Económico del Distrito Federal, durante el primer aniversario de la Oficina de Apertura Rápida de Negocios, en el Club de IndustrialesFoto Guillermo Sologuren

En otro escenario, y al darse a conocer los resultados del primer año de operación de la Oficina de Apertura Rápida de Negocios, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, destacó que ya se han aprobado 336 proyectos inmobiliarios, de servicios y comercio, por 18 mil 227 millones de pesos, que generarán 52 mil 757 empleos y permitirán a la ciudad crecer este año más de 5 por ciento, al convertirse en un puente con el sector privado y cerrar el paso a la corrupción.

Durante el acto, Ebrard reconoció que algunas de esas inversiones se habrían hecho sin que existiera ese órgano, pero la mayoría no, pues más allá de ser un problema de gestión, está relacionado con inversiones públicas y cambios de normas.

Ante dicha situación, dijo, se buscaba un coyote gestor o alguien corrupto en algún lado para lograr la autorización correspondiente, pero eso quedó atrás con la formación de un comité, donde nueve de cada 10 proyectos son aprobados, se generan empleos, se permite la apertura de negocios y se evita la presencia hasta de 83 inspectores en un día.

Mientras, la secretaria de Desarrollo Económico, Laura Velázquez, precisó que sólo 45 proyectos se rechazaron por no existir factibilidad de uso de suelo.