Luis Garza Medina, vicario general de la Legión de Cristo, rechazó haber dicho que Álvaro Corcuera, director general de la congregación, o algún integrante de su cúpula, incluido él, hayan tenido conocimiento de la doble vida de Marcial Maciel o de sus conductas pederastas y menos que hayan determinado ocultarlas y no emprender acciones para impedirlas.

Garza Medina precisó que las grabaciones dadas a conocer el martes por Carmen Aristegui en su noticiario matutino de radio fueron editadas, y por tanto se cambió el sentido de los comentarios que expresó en una reunión privada sostenida en septiembre de 2009, y no en 2008, como afirma.

Esta grabación fue difundida en el noticiario de MVS con numerosos cortes y comentarios que, en parte, trastornaban el sentido de mis palabras, comentó en un texto emitido desde Roma, Italia, y que fue difundido por la oficina de comunicación social de la Legión de Cristo.

El sacerdote refirió que fue a partir del verano de 2008, ya con certeza suficiente de la conducta del fundador de la orden, que los directivos de ésta fueron informando de manera gradual y personal a los superiores de la congregación y a los miembros de la Legión, a los consagrados, consagradas y demás integrantes del movimiento Regnum Christi de los 22 países en los que tiene presencia la orden, así como a los medios de comunicación.

Subrayó que ninguno de los superiores actuales tenía constancia de los comportamientos ahora conocidos de nuestro fundador y mucho menos los ha consentido. Añadió que él nunca mencionó que la cúpula de la Legión conociera los comportamientos de Maciel.

Indicó que habló del caso de tres sacerdotes mayores, que después de la muerte de nuestro fundador comentaron que tenían conocimiento de algunos hechos, refiriendo que uno de ellos explicó que no hizo una denuncia porque no tenía modo de demostrar lo que había conocido del padre Maciel, quien por su autoridad como fundador y director general había sido idealizado por muchos.

El obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, al ser interrogado sobre si es válido solapar conductas ajenas al Evangelio para salvaguardar a una congregación, precisó que es un error hacerlo, pues los delitos se deben perseguir para atender a las víctimas.

Agregó que es una contradicción querer salvar el nombre de una congregación a cambio de ocultar ilícitos, pero destacó que también debe quedar claro que no todos los miembros de una orden son iguales.

En conferencia de prensa, remarcó: es muy delicado que nosotros nos hagamos cómplices de un mayor daño (...) el Evangelio dice que quien obstruya y sea obstáculo en el camino de perfección hacia su vida plena en Dios, más vale que le pongan una piedra de molino para que se vaya al fondo del mar.

Alberto Athié, ex legionario de Cristo, señaló en entrevista que las grabaciones demuestran que desde hace mucho tiempo la cúpula de la congregación sabía de los actos de Maciel y optaron por el silencio.

Afirmó que esto no lo supieron en años recientes, sino que se enteraron desde la década de los 40, por lo que se convirtieron en cómplices de los delitos del fundador.

Acotó que si Garza Medina considera que existe manipulación de las grabaciones, debe presentar una denuncia formal ante un juez.

Asimismo, consideró que lo conveniente ahora sería disolver la congregación, por el bien de las personas, que es a quienes hay que salvaguardar, y no los bienes.