‘‘Es evidente que la estrategia de Nueva Izquierda (NI) y sus nuevos aliados internos es mantener artificialmente vivo al Partido de la Revolución Democrática (PRD) para seguir ofertándolo como una franquicia ganadora ante postores de la talla de César Nava (PAN), Luis Walton (Convergencia) y los que se sumen”, señaló la corriente perredista Red de Izquierda Revolucionaria (Redyr).

Para este grupo, las alianzas que construyó la dirigencia nacional del partido con el PAN no redituaron ninguna ganancia al perredismo, pues incluso para quienes han invertido todo el potencial político, financiero y humano del partido, los resultados del 4 de julio pasado son un fracaso, citaron Pablo Franco y Luis Fortino Vargas.

Los estados donde la bizarra alianza dio resultado no fue encabezada por un militante perredista, más bien contribuimos a engordar el caldo a miembros de otros partidos, mientras que el resultado efectivo para el PRD fue poco menos que nulo.

Destacaron que recientes declaraciones de Mario López Valdes, virtual ganador de la elección para gobernador en Sinaloa –como abanderado de una gran coalición en que participó el sol azteca–, son una muestra de lo que se puede esperar de estos candidatos aliancistas, pues llama a conformar un gobierno más allá de los partidos, en claro deslinde de éstos e incluso de sus promesas de campaña.

En el contexto de las críticas emitidas en días recientes por los resultados electorales, la corriente Redyr resaltó que cualquier militante de base del PRD sabe que los acuerdos políticos internos rebasan cualquier norma partidista, que no existe debate interno y que los intereses de grupo son más importantes que el programa y principios del partido. O, dicho de otra manera, cualquier militante sabe que el partido es un inmenso cascarón desprovisto de mística de servicio, extraviado en un discurso ecléctico y hueco, y egoísta aun para sus mismos trabajadores.

Redyr se manifestó por cambios dentro del PRD, como ya lo ha hecho la Red por la Unidad de las Izquierdas, porque el partido no puede seguir siendo patrimonio de un grupo mezquino y nefasto que acuerda con nuestro enemigo de clase, y porque el Partido de la Revolución Democrática no puede ser sólo un trampolín para que priístas arrepentidos arriben al gobierno.