La inauguración del llamado paseo José Luis Cuevas en avenida Altavista se realizó sin contratiempos. A la ceremonia asistieron, además del creador de Los siameses, el jefe delegacional de Álvaro Obregón, Eduardo Santillán, y el secretario de Turismo local, Alejandro Rojas.

El rechazo que provocó el intento de las autoridades de cambiar la nomenclatura de la vialidad no contuvo al secretario Rojas ya que al término de la inauguración dijo que buscará que la denominación de todo el barrio sea modifique, pues propondrá a los vecinos que en un futuro la zona sea conocida como San Ángel de Cuevas. Ello en el contexto de la nueva ley de turismo de la ciudad que se prevé sea aprobada en los próximos días y considera la categoría de barrios mágicos.

Algunos vecinos se dijeron satisfechos y orgullosos con el corredor cultural y otros pasaron de la inconformidad a la indignación, pues El caracol, del escultor michoacano Feliciano Béjar, que desde finales de 2006 se encuentra en la esquina de Periférico y Altavista, fue bloqueada visualmente por una obra de Cuevas que las autoridades instalaron a menos de 50 centímetros de distancia.

Esta iniciativa es un desacierto. Se puede reconocer a un determinado artista, pero no debemos permitir que se sobreponga una escultura a otra. No sé si lo asesoraron mal o su ignorancia fue la que prevaleció. Esto es un atentado y un atropello a los derechos del ciudadano que habita o transita por esta vía, aseguró Jesús González Schmal, vecino de la zona.

No se le puede hacer esto a un artista: representante de Béjar

Martín Foley, quien fue representante de Béjar, dijo: No se le puede hacer esto a ningún artista, mucho menos a Feliciano. Acabo de regresar de Inglaterra, fui con el hijo de Feliciano porque develaron una de sus obras. La escultura que bloquearon pertenece a una serie basada en los ritmos de la naturaleza.

Durante los próximos tres meses 15 esculturas de Cuevas permanecerán en la vía pública. A la altura del museo estudio de Diego Rivera se encuentra una de ellas y la molestia de María Safomt fue que las autoridades no los consultaron previamente: No es nada en contra de José Luis, el problema es que nadie nos pidió nuestra opinión. Para mí es una afrenta a Diego Rivera, es revivir pleitos pasados.

En contraste, Francisco Bracamontes señaló: “La cultura no puede convertirse en un agravio. El que tengamos las esculturas del maestro Cuevas nos debe dar mucho gusto. Nos llena de orgullo que sea nuestro vecino, al igual que lo fueron Juan O’Gorman o Diego y Frida”.

Al final la demarcación ofreció una recepción a Cuevas en la terraza de Plaza Altavista.