Jabulani le jugó una mala pasada al portero Sorensen
Viernes 25 de junio de 2010, p. 6
Rustenburgo, 24 de junio. Con dos golazos de tiro libre Japón venció 3-1 a Dinamarca y se clasificó a octavos de final de la Copa del Mundo 2010, en partido de la tercera y última ronda del grupo E. Ahora enfrentará a Paraguay.
Conscientes de que dirimían el segundo cupo a la siguiente ronda del grupo, tanto daneses como nipones salieron con todo a la cancha. Los europeos lograron el control del juego en los primeros minutos.
Sin embargo, el asiático Makoto Hasebe dio el primer aviso al minuto 13, con un disparo que se marchó lejos. Y a la réplica del danés Jon Dahl Tomasson, un minuto después, siguió un bombazo de 30 metros del japonés Keisuke Honda que abrió el marcador al 17.
Thomas Sorensen, en el arco de Dinamarca, poco pudo hacer para atajar el potente tiro libre del volante nipón.
Trece minutos después el portero no tuvo nada que hacer: Yasuhito Endo fue el encargado de mandar la pelota una segunda vez a las redes, en una falta pateada con virtuosismo para superar la barrera e incrustarse en la esquina derecha para el 2-0.
Con esa fórmula secreta hasta el momento los asiáticos se adueñaron del partido, ante unos daneses anémicos de ideas.
Tras el descanso casi llegó el tercero de Japón a balón parado. Endo probó de nuevo desde lejos y el arquero Sorensen dio argumentos a los críticos de Jabulani, la pelota del Mundial, con una mala parada que acabó con el esférico pegando en el palo.
El técnico danés Morten Olsen mandó todavía a Soren Larsen y a Christian Eriksen a la cancha para buscar el descuento en el segundo tiempo.
Tomasson dispuso de la primera gran ocasión de su equipo al 70, pero el delantero del Feyenoord Rotterdam remató mal y tarde, y un contrario bloqueó su disparo.
En el 81, el árbitro Damon dio a Dinamarca la ocasión de acortar la distancia. El silbante sudafricano marcó un dudoso empujón de Hasebe contra el danés Daniel Agger y Tomasson se hizo cargo del penal. Falló el tiro, pero pudo conectar el rebote para el 2-1.
Al 87, sin embargo, llegó la definición: Honda levantó la cabeza tras una incursión en el área y puso la pelota en los pies a Shinji Okazaki, recién ingresado a la cancha, para el 3-1 final.