El subsecretario del Sistema Penitenciario Federal, Patricio Patiño Arias, afirmó que la explicación a la matanza ocurrida en el penal de Mazatlán, Sinaloa, el pasado lunes y que dejó 28 reos asesinados, fue una falta de control y de rigor en cuanto a la custodia de los internos y también debido a procesos corruptivos que cruzan la dirección del centro carcelario.

En entrevista con La Jornada, el funcionario advirtió que en estados como Nuevo León, Durango, Veracruz y Tamaulipas hay prisiones consideradas focos rojos, donde pudieran generarse problemas entre internos, por lo que se ha reforzado la seguridad de esas cárceles con personal federal en coadyuvancia con las autoridades locales.

Patiño mencionó que la organización criminal que significa mayor problema para las autoridades carcelarias son Los Zetas y el cártel del Golfo.

Al ser entrevistado en torno a la sucedido en el Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas de Mazatlán, Patiño Arias dijo estar “consternado por este tipo de hechos, en primera instancia porque no es posible que en un penal haya armas de fuego y en segundo lugar porque evidentemente hay falta de personal o de capacitación, se carece de esquemas operacionales de seguridad o de plano hay corrupción.

“Lo que más consterna es que pudiendo ser controlable una situación de éstas, a final de cuentas se encuentra que un penal tiene 28 muertos en una jornada.

“Ante situaciones así hay una estrategia en curso. Lo ocurrido en Mazatlán significa que la sobrepoblación pesa en la administración penitenciaria y entonces podemos encontrar muchas explicaciones al respecto: que si nos pidieron una y mil veces el traslado (de internos) a una cárcel federal, que eran reos peligrosos con un perfil criminológico de alto riesgo, que si eran de otras bandas (…) Uno puede encontrar mil explicaciones y ninguna tendría sentido si el problema es la sobrepoblación.

La explicación puede ser que no tenían suficiente personal; yo creo que es una falta de control y de rigor, además de procesos corruptivos que cruzan la dirección del penal.

–¿Focos rojos?

–Hace un año tuvimos focos rojos en prisiones que se localizan en los estados de Tamaulipas, Durango y Baja California. Tenían una alta potencialidad por los problemas de administración, pero ahora el gobierno federal se ha convertido en coadyuvante para resolver el problema y concurrente en la solución.

“Se recibió la administración penitenciaria federal con 3 mil 400 internos y al día de hoy tenemos 8 mil en cárceles federales. Además, se han realizado construcciones que brindan una capacidad total de 9 mil 300 internos. Pretendemos alcanzar entre 17 mil y 17 mil 500 espacios para finales de año.

“Hemos coadyuvado con los sistemas estatales trasladando a los reos federales que por su perfil no tienen por qué estar en cárceles estatales, y además hemos trasladado a más de 2 mil internos del fuero común en coadyuvancia con los sistemas estatales para eliminar los riesgos en las prisiones locales.

Se ha firmado un convenio con estados como Veracruz, Tamaulipas, Yucatán, Campeche y Jalisco, para que las nuevas puestas a disposición judicial de presuntos delincuentes federales sean de manera directa a cárceles federales. Ése es un esquema muy favorable para las autoridades de los estados, porque hoy se está construyendo un nuevo perfil del sistema penitenciario mexicano, en el que cada orden de gobierno tendrá su población perfectamente separada.

–¿Hay situaciones delicadas de las que se deba advertir?

–Por supuesto, las hay en Tamaulipas, Nuevo León, Durango y Veracruz, pero fueron algunas zonas en las que se consideró que se debía reforzar la coordinación con los sistemas penitenciarios estatales. No es responsabilidad de la Secretaría de Seguridad Pública federal la custodia de los penales locales; estamos coadyuvando con los estados en la vigilancia de las instalaciones.