Osk, Kirguistán, 13 de junio. Uzbecos manifestaron este domingo que bandas de kirguisos cometían genocidio en los barrios sitiados de la segunda ciudad de Kirguistán, Osh, al prender fuego a gran número de casas con sus residentes dentro y disparándoles cuando huían.

Al menos 97 personas han muerto y más de mil 200 han resultado heridas en tres días de enfrentamientos entre kirguizos y la minoría uzbeka en esta ex república soviética situada en Asia.

Los peores enfrentamientos en Kirguistán en dos décadas se han propagado por todo el sur del empobrecido estado de Asia central, que patrocina bases militares estadunidenses y rusas.

Por lo pronto, Rusia envió hoy a Kirguistán a cientos de efectivos para proteger sus instalaciones militares, aseguró la agencia de noticias Interfax.

Miles de mujeres y niños han huido de Osh por la frontera con Uzbekistán para escapar de bandas armadas integradas por kirguizos provistos de rifles de asalto, machetes y barras de hierro. Los uzbekos que quedaron bloquearon con camiones las entradas a sus barrios.

Estamos parados en las barricadas esperando que ataquen de nuevo, expresó Bakhram Magrafimov, de 45 años, conductor de taxi en el área mayormente uzbeca de Pyanny Bazar. Residentes se quejaban de que sus rifles de caza no igualaban las armas automáticas de sus enemigos.

“Dijeron: ‘regresen a Uzbekistán.’ Están atacando a nuestras mujeres y niños”, enfatizó Magrafimov.

Pero residentes señalaron que tropas armadas se habían negado a escoltar uzbecos a la frontera, a sólo 10 kilómetros de distancia, en una región donde las líneas divisorias establecidas por el líder soviético José Stalin entrelazan a los dos países en el volátil valle Fergana.

Kholbek, uzbeco que sólo dio su primer nombre, dijo que los residentes tenían miedo de irse: hay francotiradores afuera.

El gobierno interino de Kirguistán, que asumió el poder en abril, después que una revuelta popular que derrocó al presidente, ordenó a sus tropas en el sur tirar a matar.