¿Por qué mi hijo, si nada malo hacía?
Jueves 10 de junio de 2010, p. 3
Ciudad Juárez, Chih., 9 de junio. Los restos de Sergio Adrián Hernández Güereca –asesinado el lunes por un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos– fueron velados por su familia y amigos en una humilde casa de la colonia Plutarco Elías Calles, en el poniente de esta urbe fronteriza.
María Guadalupe Güereca, madre del joven, preguntó continuamente durante el servicio fúnebre: ¿por qué mi hijo? ¿Por qué mi hijo, si nada malo hacía?
Los seis vástagos que le sobreviven intentaron en vano consolarla.
Jesús Hernández, padre de Sergio Adrián, de oficio lavacoches, aseveró ante el féretro del muchacho: “no quiero venganza; ésa se la dejo a Dios, sólo quiero justicia contra el migra que mató a mi hijo”.
Güereca consideró: el homicidio de mi hijo es de odio; por eso voy a presentar una denuncia internacional, ya que el gobierno mexicano está vendido al de los gringos
.
Frente al ataúd, dijo: “mira nada más, le dejaron el rostro destrozado, verlo así me deja sin vida, porque sin mi hijo ya no quiero vivir. Él era la razón de mi existencia, por él trabajaba hasta tarde para pagarle la escuela y apoyarlo con sus estudios.
Por eso exijo justicia, porque sé y estoy convencida de que no era ningún delincuente, y mucho menos que pretendiera cruzarse a Estados Unidos.
El cansancio de la señora era evidente. El féretro de Sergio Adrián fue colocado en una habitación de cuatro metros de largo por cuatro de ancho, al lado de un viejo sillón, entre temperaturas superiores a 40 grados centígrados.
El matrimonio Hernández Güereca recomendó a los periodistas asistentes “denunciar a los asesinos de la migra de Estados Unidos, que entraron a mi tierra armados para disparar a mi hijo, y por eso buscamos justicia”.
El funeral será este jueves, luego de las tres de la tarde, para que esté presente toda la familia, ya que una hermana de Sergio Adrián vive en Estados Unidos, y este miércoles estaba en camino.