En tanto el gobierno federal exalta el desarrollo de Petrobras como ejemplo para impulsar una mayor apertura en el sector energético nacional al capital privado en áreas todavía reservadas al Estado, soslaya las grandes inversiones que ha realizado la petrolera brasileña en los últimos 50 años en investigación y desarrollo y en capacitación de recursos humanos.

En contraste, en México se han desmantelado los cuadros técnicos en Petróleos Mexicanos (Pemex) mediante jubilaciones anticipadas y programas de retiro voluntario. La investigación en el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), que antes fuera el brazo tecnológico de Pemex, prácticamente se encuentra estancada y se recurre más al contratismo de compañías extranjeras.

Al respecto, Fluvio César Ruiz Alarcón, consejero profesional independiente de Pemex, comenta como ejemplo que solamente en materia impositiva Petrobras entrega al fisco como proporción de sus ingresos el 35 por ciento, mientras Pemex, a pesar de las reformas en la Ley de Derechos de 2005 y 2007, entrega al fisco el 60 por ciento de sus ingresos.

Es inexacto repetir el cliché de que el éxito de Brasil se debe sólo a su apertura parcial al capital privado. El desarrollo de Petrobras se ha sustentado en un esfuerzo sostenido, con recursos públicos, de más de 50 años en la inversión en investigación y desarrollo tecnológico (2 mil 550 millones de dólares invertidos entre 2006 y 2008), formación de recursos humanos y la capacidad de definir sus proyectos sin la sujeción asfixiante de Hacienda que padece Pemex.

El funcionario destacó: “Si en verdad queremos sentar bases de largo plazo en una empresa que por su naturaleza es de base tecnológica se tendría que incrementar el derecho a la investigación y el desarrollo tecnológico.