Este jueves se inició la Semana de Cine Mexicano, como parte del Festival Distrital. La idea es exhibir cine nacional para enfrentar la escasa distribución y exhibición en el país. Es grave que las cintas mexicanas de calidad no se vean en México, sólo en festivales afuera, dijo Lorenza Manrique, impulsora de esta iniciativa, en un encuentro con la prensa.

La Ley de Fomento al Cine en el Distrito Federal, que se aprobó el año pasado y de la cual Manrique fue promotora e impulsora, incluía la realización de una semana de cine nacional.

Dentro de la semana habrá tres secciones: Perspectivas del cine mexicano, que ya desarrolla el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y consiste en una segunda corrida de películas que fueron estrenadas; Plataforma digital, proyecto de Imcine para documentales en formatos digitales, y Cine mexicano contemporáneo.

Como parte de esta última sección se proyectará Somos lo que hay (2009), de Jorge Michel Grau, que recién compitió en Cannes.

También se exhibirá Todo, en fin, el silencio lo ocupaba (2010), de Nicolás Pereda, sobre una puesta en escena del poema Primero sueño, de Sor Juana Inés de la Cruz, a cargo de la actriz Jesusa Rodríguez, e Interno, de Andrea Borbolla, acerca de un proyecto de yoga en cárceles.

Familia, justicia y migración

Distrital fue inaugurado con Abel, de Diego Luna, recién presentada en Cannes.

Las buenas hierbas (2009), de María Novaro, ganó los premios de guión, fotografía y actriz en el pasado festival de Guadalajara. Cuenta la historia de Dalia y su madre, quien padece Alzheimer; aborda la vida, la muerte y las relaciones madre-hija y mujer-hombre.

Úrsula Pruneda, quien con su primer estelar en una película obtuvo el premio a mejor actriz en Guadalajara por su papel de Dalia describió la cinta como historia muy viva, muy yo, muy tú, muy María, muy las mujeres que conozco.

Novaro se basó en su historia (su madre padecía Alzheimer) y creó el personaje para Pruneda. Imagínate qué privilegio más grande que una persona como María Novaro me haya dado ese regalo, dijo la actriz.

Novaro pidió una sola cosa a Pruneda: Un año de tu vida. Quiero hacer esta película en un año, quiero ver pasar el tiempo en los árboles, en el niño que va a ser tu hijo, en ti.

Buena parte del personaje está basado en Novaro: le dio a leer sus diarios, trabajaron en su casa, con su ropa, sus vasos, sus muebles, su jardín, con los hijos de Novaro. Viví en casa de María durante más de un año. Me iba a mi casa a dormir y regresaba. La actriz participó en todo el proceso: “Me pasaba días y días en el set, que ya estábamos haciendo ella y yo, junto con Lorenza Manrique, escribiendo palabras en la pared (Dalia colecciona palabras)”.

Siguió: Trabajar con María es una delicia. Imagínate desde dónde logré tejer el personaje: al lado de ella, de la manera más suave, sutil y dulce, amarga y dolorosa que uno puede construir algo.

Se proyectará Bajo el mismo sol, de Shula Erenberg, acerca del concepto de justicia universal: si una persona comete delitos de lesa humanidad, cualquier país puede juzgarla, aunque no se haya cometido ahí el crimen, como ocurrió con Ricardo Cavallo y se intentó con Augusto Pinochet. En la cinta queda claro que la justicia universal es política, y que cuanto más poderoso es el acusado o el país inmiscuido, menos posibilidades hay de que se haga justicia, aseguró la directora del filme, parafraseando a Reed Brody, de Human Rights Watch, hace unos meses en entrevista con La Jornada.

Cuando la cinta ya circulaba, eso de la justicia política quedó confirmado con lo que ocurrió al juez Baltasar Garzón: Mientras estuvo metido en casos fuera de España, como el de Pinochet, no hubo problema. Pero cuando los delitos tuvieron que ver con violaciones de derechos humanos en el pasado en España, lo suspenden, dijo ahora Erenberg a La Jornada.

También se exhibirá Flor de matrimonio, de Elisa Lipkau. Rafael, de una comunidad otomí en el Valle del Mezquital, en Hidalgo, llevaba casado 15 años, pero no había entregado la ofrenda que exige la tradición. Trabajaba en Nueva York cuando soñó que lo hacía. Decidió regresar y hacer la ofrenda, para no recibir el castigo del santo patrono del pueblo, el Espíritu Santo, explicó Lipkau a La Jornada. Ella llevaba un año trabajando con las ceremonias agrícolas que se hacen en esa comunidad, y la pareja le pidió que filmara el ritual. El resultado, un documental de la ceremonia que ofrece un análisis simbólico de los significados detrás de la forma de la ofrenda.

Romper prejuicios

Lipkau siguió: Me interesó porque muchas veces se cree que la cultura del Valle del Mezquital es pobre o que los otomíes no tienen cultura; son prejuicios, porque la cultura otomí es una de las más antiguas en Mesoamérica, y esta ceremonia revela una complejidad cultural impresionante. Además, a diferencia de lo que se cree, la migración la hizo posible, porque gracias a ella Rafael tuvo recursos para hacerla.

Distrital (www.distrital.mx) se lleva a cabo del 27 de mayo al 6 de junio; busca ofrecer cine internacional y nacional de vanguardia, de estreno y de segundo estreno. Es una coproducción de la asociación civil Circo 2.12 y la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, con apoyo del Imcine y la Filmoteca de la Universidad Nacional Autonoma de México. Las proyecciones serán en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Cineteca Nacional, Lumiere Reforma, Cinemark (Pedregal y Reforma 222) y Casa de Francia, además de al aire libre.