La población callejera en el Distrito Federal, censada por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino, se incrementó en un año de 2 mil 759 a 3 mil 49 personas, por lo que el titular de la dependencia, Martí Batres Guadarrama, indicó que se deben tomar medidas para evitar que se dispare este problema por la situación de crisis económica.

Afirmó que la política social del gobierno capitalino logró disminuir la incidencia, ya que el censo elaborado hace 10 años reportó a 14 mil personas en situación de calle.

Al instalar las mesas de trabajo de los derechos de poblaciones callejeras, con asociaciones civiles, instituciones de asistencia privada, académicos y autoridades delegacionales, de la Asamblea Legislativa y la Comisión de Derechos Humanos del DF, Batres expuso que de las 3 mil 49 personas censadas, 157 son menores de 18 años, mientras que mil 22 tienen entre 18 y 29 años, y 59 manifestaron haber sido deportados de Estados Unidos; 50 por ciento se concentra en las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza y 49 por ciento vive con algún tipo de adicción.

En cuanto a la distribución por sexo, 87 por ciento son hombres y 13 por ciento, mujeres; 42 por ciento son originarios del DF, 58 por ciento proviene de los estados y se tienen contabilizados 16 extranjeros.

Batres dijo que ante el actual escenario de crisis económica se debe reforzar la inversión en la política social para frenar el incremento de la población en situación de calle. Dijo que el mejor ejemplo del efecto preventivo de los programas sociales es la pensión universal a personas adultas mayores, que ha frenado el incremento en el número de ancianos en situación de calle, en tanto que la labor que realizan desde hace muchos años instituciones de asistencia privada con la infancia ha ayudado a reducir el número de menores en la vía pública.

Explicó que el censo que realizaron organizaciones de la sociedad civil con el gobierno local hace 10 años arrojó una cifra de 14 mil personas en situación de calle. Podemos decir que las políticas sociales del gobierno de la ciudad ayudaron a disminuir el fenómeno de crecimiento de población en calle; sin embargo, la crisis económica puede ponernos en riesgo nuevamente si no tomamos medidas a tiempo.

Al cuestionar la reducida cifra de menores en el censo de la dependencia, representantes de organizaciones plantearon al funcionario la necesidad de levantar, un padrón más elaborado y especificar si aquellos que realizan algún tipo de actividad durante el día y parte de la noche, aunque tienen un sitio dónde pernoctar, deben ser considerados población callejera.

Batres refirió que el censo se elaboró en la madrugada, después de la medianoche, a fin de tener una relación de quiénes realmente sobreviven en las calles y plazas de la ciudad, pero aclaró que el censo es un instrumento, pero no el único.