Madrid, 18 de mayo. Con ironía, el presidente Felipe Calderón respondió a sus críticos que su propuesta en favor del repliegue del Ejército en la lucha contra la delincuencia es absurda, pues es como si por arte de magia los criminales se convirtieran en santos varones, se les apareciera, como a San Pablo, Jesucristo, y se convirtieran en buenos: no es así.

Entrevistado por Televisión Española antes de concluir su visita de tres días a España, el michoacano aprovechó para hacer una amplia defensa de la participación de las fuerzas armadas en esta tarea y reconoció como un error de su gobierno no saber transmitir la información y la percepción de lo que verdaderamente ocurre en materia de seguridad en el país.

Nosotros los estamos enfrentando y sacando y repeliendo y arrinconando; evidentemente eso implica un costo y eso lo hacemos con la ley, respetuosos de los derechos humanos, pero con toda la fuerza, porque la gente que está en esas comunidades sabe que es indispensable hacerles frente y no sacarles más la vuelta, expresó.

En el programa Desayunos de TVE, la periodista Ana Pastor fue insistente en preguntar al Ejecutivo mexicano sobre las críticas que ha suscitado su lucha contra los grupos criminales, dado que se ha llevado por delante la vida de muchos inocentes.

Calderón respondió que hay un análisis muy superficial acerca de lo que pasa en México, y hay quienes equivocadamente dicen que la acción del gobierno ha provocado la violencia.

Insistió en que 90 por ciento de las muertes identificables con cierta probabilidad en sus causas están asociadas a estos enfrentamientos de los cárteles, más que agresiones directas a la sociedad civil o a los ciudadanos.

Por la cercanía con Estados Unidos, por la información disponible, dado que México goza de una enorme libertad de prensa, y por la violencia o virulencia con las que actúan los criminales, deploró que se le ha dado gran notoriedad al tema.

Antes de participar en la Cumbre América Latina y el Caribe Europa, volvió a comparar los índices de criminalidad en México y otros países. Así, reiteró que se cometen 11.6 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras en Jamaica son 60, en República Dominicana 57, en Colombia 39 y en Brasil 22.

Pero aseguró que su gobierno está enfrentando a los delincuentes cuando hay muchos países donde, por temor o por debilidad, no se hace, y los criminales se han apoderado de comunidades enteras.

Puso el ejemplo de los piratas somalíes que, dijo, pertenecen al crimen organizado puro y duro y se han apoderado de una sociedad y de un gobierno, con consecuencias internacionales.

También se le interrogó sobre los feminicidios en Ciudad Juárez y su explicación fue que el crecimiento de la población en ese punto fronterizo, la consecuente falta de servicios y la enorme distorsión de los valores de los jóvenes propiciaron una enorme victimización inaceptable de la mujer.

Ciudad Juárez, añadió, fue un punto muy competitivo de manufactura y especialmente de maquila altamente demandante del trabajo femenino, por la gran habilidad de las mujeres para armar desde un chip electrónico hasta una televisión.

Pero señaló que, en comparación con los años 80 y 90, el fenómeno de los feminicidios se ha reducido en su intensidad, aunque se han incrementado las situaciones muy peligrosas entre grupos criminales, sobre todo entre el cártel de Juárez, que le disputa la plaza al de Sinaloa.

“No olvides –le dijo a la conductora– que el problema de nuestro país es su vecindad con el principal consumidor de drogas, y todo mundo quiere vendérselas a través de nuestra puerta”.

Interrogado sobre las 2 mil 300 empresas españolas instaladas en México, señaló que están en un lugar seguro y muy rentable para invertir, y dijo que los grandes bancos obtienen su principal rentabilidad en nuestro país.

También opinó sobre la crisis económica registrada en algunos países europeos y consideró que el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, sigue la dirección correcta al aplicar medidas muy difíciles o, como en España las denominan, tijeretazos al gasto social.