Puma confeso, Melón no escatimó talento ni tiempo para brindar lo mejor de su repertorio a un entusiasta público en terreno de los Burros Blancos.

En el auditorio que la vena estudiantil bautizó como El Queso, por su forma semejante a un rotundo roquefort, en Zacatenco, Luis Ángel Silva Nava se presentó para deleite de la grey estudiantil, que así lo descubrió, y para sus fieles seguidores que colmaron casi por completo el recinto para una buena sesión de rumba y son.

Acompañado de sus Lobos, el músico se desató con sus singulares interpretaciones de temas de antaño, como Amalia Batista, que hizo que una alumna de la ESIA, plantel politécnico dedicado a la ingeniería y la arquitectura, se declarara prendida de un ritmo que creo que ni a mis papás les tocó, pues ellos son de los Beatles, al tiempo que la concurrencia reprimía a duras penas la demanda corporal de ponerse en movimiento, acción dificultosa en un espacio no apto para ello.

Mas sentados también puede llevarse el ritmo o dar voz a demandas, como la de un hombre robusto que entre cada interpretación se ponía de pie y eufórico le ofrecía a Melón de mi libro para tu libro, insensatez que dejó perplejos a más de uno y que al final de la sesión algunos pudieron corroborar lo que pensaban. En efecto, el tipo estaba sobradamente etílico.

El grupo de cánido apelativo mostró también sus avances, y para ponerle punto final a la audición, cada uno de sus siete instrumentistas, en especie de jam session, sacó a relucir sus habilidades luego de que Galo Almanza, un melómano, en el doble y buen sentido del término, con playera guinda, pantalón blanco y cachucha con las siglas IPN, subió al escenario para dedicarles un Huelum.

El concierto será transmitido proximamente por Canal Once, por lo que habrá que estar pendiente de la programación.