Agentes del SWAT arrestan a 24 sospechosos
en nueva operación en el valle de Phoenix
Hubo disparos; cerraron el camino; fue caótico
, relata una testigo del despliegue
Viernes 7 de mayo de 2010, p. 12
Mesa, 6 de mayo. Siguiendo un dato, un equipo de armas y tácticas especiales (SWAT, por sus siglas en inglés) de la policía cerró una calle, confinó una escuela y luego abrió de golpe la puerta de una vieja casa donde decenas de inmigrantes indocumentados estaban refugiados.
Los ayudantes del sheriff capturaron a tres hombres que salieron corriendo y arrestaron a 24 personas sospechosas de ser inmigrantes indocumentados recién llegados de México.
Hubo disparos y la gente de la policía iba y venía, el camino fue cerrado. Fue caótico
, contó Virginia Mongold, quien observó el despliegue de la operación el lunes, la número 56 de tales operativos en el valle de Phoenix este año.
La incesante llegada de indocumentada y los crímenes relacionados con la frontera tienen a residentes como Mongold y a sus autoridades electas tan irritados que el mes pasado Arizona aprobó la legislación más dura de Estados Unidos contra la inmigración.
La decisión desencadenó un encendido debate sobre los crímenes, la discriminación racial y la vigilancia policial que llegó más allá de las fronteras del estado.
La ley busca combatir la inmigración en el desértico estado, el principal paso para indocumentados desde México y un concurrido punto de ingreso para cárteles mexicanos que trafican drogas para un voraz mercado estadunidense.
La gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, acusa al gobierno federal de fracasar en la seguridad de la frontera con México e indica que la ley estatal es necesaria para frenar la violencia y los crímenes relacionados con la inmigración indocumentada.
Como ejemplo de crímenes vinculados a la frontera, Brewer destacó las casas de paso
donde contrabandistas suelen maltratar a inmigrantes para sacarles dinero por guiarlos por la escabrosa frontera, así como perpetrar secuestros relacionados con el narcotráfico.
No hay prioridad mayor que la de proteger a los ciudadanos de Arizona
, comentó.
“No podemos sacrificar nuestra seguridad por la codicia asesina de los cárteles de la droga. No podemos permanecer ociosos mientras las ‘casas de paso’, los secuestros y la violencia comprometen nuestra calidad de vida”, aseguró.