El primer jardín público de América, la Alameda Central, será sometido a una cirugía mayor. A más de 400 años de que se concibió como punto de reunión de políticos y aristócratas, se ha convertido en un gran tianguis, donde lo mismo se venden algodones, nieves, chicharrones, hot cakes y palomitas, que discos y películas pirata a familias capitalinas, visitantes extranjeros, estudiantes o desempleados que utilizan sus bancas para buscar en las páginas de los diarios una oportunidad de trabajo.

Sus más de 20 fuentes y esculturas dan testimonio del paso de los años. Aunque la modernidad también sienta sus reales con puestos ambulantes, áreas de comida rápida, o los ligues los fines de semana, cuando el número de visitantes crece por la actuación de grupos musicales o la presencia de merolicos, que lo mismo ofrecen un medicamento milagroso para acabar con los hongos en los pies y lombrices de la panza, que libros eróticos o perfumes afrodisiacos.

Atrás quedó la imagen del primer parque público de la ciudad, que fue escenario de la entrada triunfante del general Antonio López de Santa Anna a la capital o del atentado contra el presidente Porfirio Díaz, quien estuvo a punto de ser asesinado allí por un militar en 1899, luego de recibir un balazo a quemarropa. Ahora se busca que las instalaciones de la Alameda Central luzcan en todo su esplendor, que se rescatará mediante su remodelación integral, informó Ricardo Bautista García, director de Promoción y Difusión del Fideicomiso Centro Histórico.

La primera intervención consistirá en la recuperación del arbolado, trabajos de jardinería y rescate de los andadores de adoquín, los cuales en su mayoría están destruidos o deteriorados. De manera paralela se lleva a cabo la restauración de esculturas, como Gladiador, Malgré Tout 117 y Desespoir. O de sus fuentes de Neptuno, Mercurio, Venus, Cáritas y Primavera, entre otras, para lo cual se contará con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, indicó.

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal destinó recursos para estos trabajos, los cuales ya comenzaron, aunque no se definió el monto, y se negocia con los comerciantes su próxima reubicación, como parte de los trabajos de remodelación del Centro Histórico, que también incluyen el rescate del mobiliario urbano, iluminación y colocación de nuevos señalamientos en esta área de 80 mil metros cuadrados.

Se trata, dijo Bautista, de recuperar el único parque en la ciudad que no sólo alberga pasajes importantes de la historia del país, sino tiene una posición geográfica estratégica y requiere ser disfrutado no sólo por los habitantes de la ciudad, sino también por visitantes nacionales y extranjeros, pues muchos desconocen su riqueza cultural y pasan de largo.

No obstante, algunos trabajadores de oficinas ubicadas en los alrededores comentaron que también es una zona de peligro, pues al anochecer niños y jóvenes ofrecen servicios sexuales; mientras otros aprovechan para asaltar a quien lo atraviesa, ante la falta de iluminación y vigilancia, pues los policías se retiran a descansar a las 18 horas.