Con la Ley de Seguridad Nacional como tema principal, ayer el presidente Felipe Calderón se reunió con los senadores del Partido Acción Nacional, a quienes convocó a buscar la aprobación del dictamen en el actual periodo ordinario de sesiones del Congreso.

En un ambiente relajado, según comentaron algunos de los alrededor de 30 legisladores que ayer acudieron a Los Pinos, Calderón insistió en la importancia de dar al Ejército el marco jurídico necesario para la realización de sus actividades en la lucha contra el crimen organizado.

Ricardo García Cervantes comentó que durante el encuentro, en el que compartieron una taquiza con Calderón, se hizo un balance de la agenda legislativa en la última etapa del actual periodo de sesiones. El tema central fue la Ley de Seguridad Nacional, aunque Calderón también los exhortó a no aflojar el paso, y que aun en el receso legislativo continúen trabajando ante la eventualidad de que se realicen sesiones extraordinarias donde podrían abordarse algunas otras de las reformas pendientes.

Con algunos minutos de retraso y con prisa empezaron a llegar los senadores a la casa presidencial, debido a que la sesión de ayer en Xicoténcatl concluyó tarde. Con la misma premura se empezaron a retirar a las 17 horas, sobre todo aquellos que regresaron al Senado para continuar la discusión sobre la reforma legal de seguridad nacional.

Durante la comida, Calderón y sus invitados conversaron sobre la historia del proyecto en el Senado, hasta el comentario que hizo ayer el senador del Partido del Trabajo Ricardo Monreal, respecto a que la iniciativa del gobierno federal tiene tintes genocidas.

Al respecto, Rubén Camarillo calificó la expresión del petista de cobardía, porque si el Ejército está en las calles es porque así se lo han pedido los gobernadores. Así ocurrió en Chihuahua, dijo.