Intereses económicos han llevado a la explotación irracional de bosques y selvas, de los cuales se han perdido 5 millones de hectáreas por la tala clandestina en tres lustros, mientras los defensores de esos recursos naturales son sometidos a torturas y se ven obligados a exiliarse de sus comunidades, expusieron académicos y defensores de derechos humanos en el foro La represión del Estado mexicano contra los campesinos ecologistas Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, organizado por Casa Lamm y La Jornada.

El caso de los fundadores de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán no ha concluido. Están libres, pero no se les ha hecho justicia, pues el Estado jamás reparó el daño material y moral que sufrieron, asentó Luis Arriaga, director del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro.

Las vidas de ambos, y las de sus familias, fueron afectadas, pues tuvieron que exiliarse de su comunidad. Su proceso judicial estuvo lleno de irregularidades y si bien en noviembre de 2001 se les otorgó la libertad por razones humanitarias, las autoridades no reconocieron su inocencia. Las violaciones a sus garantías siguen vigentes y por eso su caso aún está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Jimena Camacho, autora del libro Lumbre en el Monte, recordó la historia de estos campesinos, quienes fueron detenidos el 2 de mayo de 1999 por el Ejército. Después de ser torturados fueron obligados a firmar declaraciones por delitos que no cometieron. Montiel fue condenado a seis años y ocho meses de prisión y Cabrera a 10 años.