La obra clásica de Lewis Carroll figura en las mesas de novedades de grandes librerías
Viernes 2 de abril de 2010, p. 5
La simbiosis entre cine y literatura despliega abundantes ejemplos que impulsan a jóvenes, adolescentes y niños a leer las versiones originales de películas inspiradas en textos literarios.
Por ejemplo, Alicia en el país de las maravillas, dirigida por Tim Burton, y antes de ella la historia del pequeño mago Harry Potter, que aun antes de ser llevada a la pantalla grande, fue un fenómeno literario desde la publicación del primer volumen de la serie, en 1997.
Con la versión cinematográfica de las novelas de J.K. Rowling aumentó su fama y, más allá del debate sobre la calidad literaria y el uso de la mercadotecnia, enganchó a millones de nuevos lectores en el mundo.
Otro caso destacado es la trílogía de El señor de los anillos, del británico J.R.R. Tolkien, de la cual se han vendido cerca de cien millones de ejemplares, con traducciones a 40 idiomas. En español, la editorial Minotauro posee los derechos de reproducción de toda la obra de Tolkien. En 2001 Porrúa vendió la editorial especializada en ciencia ficción y literatura fantástica a Planeta, justo nueve días antes del estreno cinematográfico de la primera película de la saga dirigida por Peter Jackson.
Renacer en el cine y la literatura
Cuatro millones de libros de las aventuras protagonizadas por el hobbit Frodo Bolsón fueron vendidos entre 1977 y 2001, la cuarta parte durante el año del estreno de La comunidad del anillo y hasta 2003 la cifra aumentó a 6 millones, en múltiples ediciones de lujo e ilustradas con mapas, hasta las más sencillas y de bajo precio.
Las historias de aventuras en tierras míticas y fantásticas viven un resurgimiento en la literatura y en el cine. Y la relación ha modificado el orden de influencia, ya que después del estreno de la película se realiza la promoción de los libros y otros productos, como juguetes, álbumes, videojuegos y diversos objetos de colección. Tenemos como ejemplo Las crónicas de Narnia, Eragón, El ladrón del rayo y hasta la pionera Historia sin fin.
Mención aparte merece la serie Crepúsculo, de Stephenie Meyer, bestseller que después de su adaptación cinematográfica ha volcado a millones de adolescentes al mundo de los vampiros. El cine, sumado al uso de Internet, ha creado tal furor en el sector juvenil que abundan sitios de seguidores que están al tanto de los mínimos detalles sobre la serie, casi a la par que Harry Potter o El Señor de los Anillos.
Los más pequeños también son influenciados con películas cuyas historias nacieron originalmente en libros. La pluma del británico Robert Dahl ha brindado Matilda, Charly y la fábrica de chocolates y El Fantástico Señor Zorro, sin dejar de mencionar a la reina del cine infantil, Disney, quien ha inmortalizado cuentos clásicos, como La Bella Durmiente, Blancanieves, La Cenicienta, La Sirenita, Peter Pan, Tarzán, El libro de la selva y hasta el Rey León, adaptación basada en Hamlet, de William Shakespeare.