Viernes 19 de marzo de 2010, p. 41
Alrededor de 25 por ciento de los enfermos de diabetes desarrolla problemas de circulación, por lo que presentan pie diabético que en algún momento lleva a la amputación de extremidades, advirtió Jorge Elías Ahedo Carreón, coordinador del Módulo de Pie Diabético del Hospital Troncoso del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
A fin de evitar la cirugía, el especialista realiza un injerto biógeno en la zona afectada.
Consiste en emplear parte de la bolsa de grasa que cubre el área abdominal (epiplón) para colocarla en el tejido muerto de la parte afectada. Se deja seis semanas, al término de las cuales se logra la recuperación de la revascularización, es decir, la capacidad de cicatrización de las heridas.
Se evita así que los enfermos de diabetes tengan heridas abiertas de manera constante, las que a la larga provocan infecciones recurrentes, que a su vez, derivan en la pérdida del miembro. El especialista resaltó que la mitad de las personas sometidas a la amputación de una pierna, en el transcurso de los siguientes dos años pierden la otra.
Comentó que el injerto ha permitido reducir el número de amputaciones de 180, a un promedio de entre ocho y 12 al año. Además de evitar la discapacidad se logra una disminución sustancial de licencias por incapacidad y pensiones por invalidez permanente.
Señaló que a causa del pie diabético las personas permanecen hospitalizadas 45 días en promedio. En el IMSS la estancia es de 27 días, pero a partir de la instalación del módulo de pie diabético, ésta es de unos 5.9 días.
Ahedo Carreón explicó que el epiplón es un área versátil, fisiológicamente dinámica, que favorece el nacimiento de nueva circulación y contribuye al drenaje linfático. Esta es la capacidad de reproducir las células del lugar donde se aplica.
De hecho, apuntó, el epiplón tiene propiedades similares a las de las células madre que permiten disminuir la carga bacteriana.