Cultura
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Inauguraron muestra con la perspectiva de un productor de videos y promotor turístico

México necesita que lo abracen y lo dejen de atacar, manifestó publicista

Proponen una visión idílica; Dios es el mejor director de arte, dice Willy Souza

Muchas gracias por toda esta emoción, por toda esta manera de ver y amar al país, agradeció el Presidente

El de Televisa fue el único logo visible de los patrocinadores del monumental museo

Foto
El presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, al centro, la noche del miércoles durante la inauguración de la exposición México en tus sentidos, en el museo itinerante que se instaló en la Plaza de la ConstituciónFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de marzo de 2010, p. 6

Por fin alguien hizo caso al constante llamado de Felipe Calderón para hablar bien de México. Fue Willy Souza, productor de videos publicitarios y de promoción turística institucional, director artístico del museo mural itinerante México en tus sentidos, levantado en plena plancha del Zócalo e inaugurado la noche del miércoles.

Se entiende por eso que el Presidente estuviera tan contento. Y se lo hizo saber a Willy: Muchas gracias por toda esta emoción, por toda esta manera de ver y de amar a México.

Modesto, Willy no quiso quedarse con todos los créditos: Dios es el mejor director de arte que he conocido, y México su mejor escenario, México y los mexicanos son el verdadero artista de este monumental museo itinerante.

El recinto fue levantado sobre una carpeta de asfalto que cubre las baldosas de una sección del Zócalo. El chapopote todavía estaba fresco en algunas partes cuando el mandatario cortó el listón inaugural y recorrió la exposición mientras Willy Souza le contaba anécdotas en torno a algunas de las fotografías. Por ejemplo: que tuvo que pagar 50 pesos por cada foto tomada en el interior de la iglesia de San Juan Chamula; o que recorrió el país durante ocho años con 18 cámaras a cuestas (por lo que pudiera ofrecerse).

Recinto ambulante

Con base en las fotos expuestas, se concluye que el México que a Calderón y a Willy Souza les gusta es el país rural, como locación de película campirana, de mercados coloridos (sin supermercados de cadenas trasnacionales), indígenas sonrientes (no hay racismo, ni violación de derechos humanos), artesanos laboriosos (que ganan bien por su trabajo), charros, máscaras, danzantes, trajes típicos, paisajes idílicos (no hay depredación ni desastres ecológicos), campesinos felices (no hay comunidades desoladas por la emigración), pueblos pintorescos, niños y jóvenes alegres (nada que ver con los menores de la guardería ABC ni con los estudiantes masacrados en Ciudad Juárez).

Pero ya se sabe que a los aguafiestas nada les gusta. Seguro llegarán y ante tan espectacular –valga el término– grandilocuencia visual, dirán que predominó una estética televisiva, sometida a los criterios del rating. Como ocurrió en días pasados, durante el anuncio del programa de celebraciones oficiales del centenario y el bicentenario. Dirán también que con los mismos recursos, y en ocasión del centenario de la Revolución, hubiera estado bien una muestra de los grandes maestros de la fotografía que han visto a México a lo largo de los años, también con admiración y cariño: los hermanos Casasola, Mariana Yampolsky, Manuel Álvarez Bravo, Edward Weston, Lola Álvarez Bravo, Nacho López, Tina Modotti, Graciela Iturbide, Juan Rulfo, Enrique Bostelmann, etcétera, etcétera, etcétera.

Ah, y quisquillosos como son, los aguafiestas preguntarán si el dinero no alcanzó para ponerle siquiera una breve ficha descriptiva a cada foto, dar un poco de contexto histórico o geográfico. Sobre todo porque el propio Willy Souza aseguró durante el recorrido con Calderón que cada una de las personas retratadas tienen nombre y apellido. Menos mal.

De seguro también refutarán la inflamada afirmación de Calderón en el sentido de que México en tus sentidos es una visión plural y diversa del país. Dirán que, más bien es una mirada aséptica, preciosista, efectista, edulcorada.

Mientras, como dijo Willy, lo que México necesita es que lo abracen, que lo dejen de atacar. Por eso –indicó el publicista– México tiene que ser venerado como veneramos a nuestras madrecitas (no precisó el sentido de la frase), a nuestra Selección.

Y acuñó una frase que parece sacada del promocional del gobierno federal, que por estos días suena a todas horas en la radio: A México lo respiras, lo escuchas, lo pruebas, lo tocas, y lo ves a diario.

Cómo no se iba a emocionar el Presidente, sobre todo porque México en tus sentidos hace que apreciemos las enormes riquezas de lo que somos y de lo que tenemos, que están mucho más allá, mucho más arriba, mucho más distantes que los problemas que tenemos, también.

Al final agradeció la invitación a inaugurar el recinto ambulante y agradeció a los patrocinadores la invitación a inaugurarlo. Por cierto, el único logo visible de algún patrocinador era el de Televisa.

Por fin alguien le hizo caso a Felipe Calderón.