Tonanitla, Méx., 1º de marzo. En 2012 no habrá más inundaciones catastróficas en el valle de México porque estará terminado el túnel emisor oriente, prometió el presidente Felipe Calderón.

Un día después de que damnificados de Valle de Chalco anunciaron que presentarán demandas penales contra funcionarios federales y estatales por las recientes inundaciones, el titular del Ejecutivo culpó del desbordamiento de los ríos de Los Remedios y de La Compañía a la insuficiencia actual del sistema de drenaje del valle de México, que ya no puede garantizar el total desalojo de grandes cantidades de agua.

Aunque prometió que el túnel será la solución definitiva a los anegamientos en el Distrito Federal y su zona metropolitana, y aun cuando ofreció que estará concluido en 2012, ya lo incorporó a las grandes obras de infraestructura para celebrar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.

En compañía del gobernador del estado de México, el priísta Enrique Peña Nieto, Calderón supervisó de nuevo la obra, de la que se mostró orgulloso por ser una de las más costosas e importantes de México, pero también del mundo, me atrevo a decir.

Como en sus anteriores visitas, resaltó que la construcción del túnel no tiene los mismos efectos políticos que otras obras, pues no se ve; a lo mejor por eso nadie las quería hacer, porque cuestan mucho y no se ven.

Antes de bajar en un angosto elevador a la lumbrera 10 mientras recibía explicaciones del director de la Comisión Nacional de Agua, José Luis Luege, Calderón presumió que se avanza relativamente rápido, pero advirtió que todavía pasarán por lo menos tres temporadas de lluvia para su puesta en marcha.

Sin la asistencia de algún representante del Gobierno del Distrito Federal, el michoacano describió esta edificación como descomunal, por su costo de 15 mil millones de pesos y por su tamaño, ya que medirá 70 kilómetros, igual que la carretera México-Pachuca, pero a una profundidad de entre 30 y 350 metros.

En su estancia de poco más de una hora en este municipio, al que llegó en helicóptero, puso énfasis en que la Federación aporta 55 por ciento de los recursos –con impuestos pagados por todos los mexicanos– y 45 por ciento el Fideicomiso 19-28, constituido con fondos de contribuyentes del Distrito Federal y el estado de México.

Calderón atribuyó las inundaciones en la zona a que ésta es como un queso fresco, que cuando pierde el suero se hace mucho más frágil en su consistencia. Esto, a raíz de la explotación de los mantos acuíferos y los consecuentes hundimientos.

Debido a que damnificados mexiquenses se han quejado de no recibir la ayuda prometida después del desbordamiento de los ríos en la entidad, Peña Nieto ofreció asegurarse de que los apoyos comprometidos sean entregados, y se pronunció por invertir más en infraestructura para prevenir desastres.

Luege señaló que las inundaciones del pasado 4 de febrero, catastróficas para miles de familias, dejaron ver la altísima vulnerabilidad que tiene la zona metropolitana del valle de México ante las inundaciones, debido a que la sobrexplotación de acuíferos ha provocado el hundimiento de la zona.