Inaceptable disposición, dice diario texano
Sábado 27 de febrero de 2010, p. 6
Dallas, 26 de febrero. La juez federal a cargo del recién concluido proceso contra Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del cártel del Golfo, ordenó este viernes sellar a perpetuidad buena parte de los documentos de la causa.
La decisión de la magistrada Hilda G. Tagle podría impedir para siempre que se conozcan los detalles del acuerdo entre las autoridades estadunidenses y el capo mexicano.
Cárdenas Guillén aceptó declararse culpable de cinco cargos federales, a cambio de que se le desecharan otros 12 y se le sentenciara a 25 años de prisión, al pago de una multa de 100 mil dólares y a la confiscación de 50 millones de dólares.
El capo evitó así un prolongado juicio en el que podría haber sido sentenciado a cadena perpetua, como ocurrió a su antecesor al frente del cártel, el narcotraficante Juan García Ábrego.
Tagle ordenó sellar los documentos, en respuesta a una segunda moción judicial interpuesta por el periódico The Houston Chronicle para que se hicieran públicos los procedimientos, o en su caso se explicara por qué sellarlos.
En la orden, la juez explicó que hacer público el procedimiento pondría en peligro la seguridad de Cárdenas Guillén y de otros, y argumentó que se difundiría también información personal del acusado.
Tagle sí autorizó la difusión de algunas partes del procedimiento, en los casos en que la fiscalía y los abogados defensores estuvieran de acuerdo.
En las últimas semanas, The Houston Chronicle intentó documentar y dar a conocer el proceso judicial de uno de los principales narcotraficantes mexicanos, incluyendo dos mociones judiciales que le fueron rechazadas.
El periódico explicó que con su esfuerzo buscaba proteger los derechos históricos del público para tener acceso a procedimientos y archivos criminales
.
En un texto editorial este viernes, el diario consideró inaceptable
el tratamiento especial otorgado por las autoridades a Cárdenas Guillén, al procesarlo en secreto.
Criticó haber mantenido el proceso judicial cerrado al escrutinio público y asumió que el delincuente, al que calificó de uno de los peores capos de la droga
, no merecía tratamiento especial.