Reporte médico indica que el escritor, ensayista y luchador social sigue muy grave
El también tenor tiene en preparación dos discos para grabarlos con el pianista Antonio Bravo
Sábado 27 de febrero de 2010, p. 7
Desde el lunes pasado, el narrador, poeta y ensayista Carlos Montemayor se encuentra internado en el Instituto Nacional de Cancerología. El autor de Guerra en el paraíso ingresó al nosocomio afectado por cáncer en el estómago. El informe médico más reciente reporta su grave estado.
Hasta el momento de su hospitalización, Montemayor se mantenía activo en diversos proyectos. Entre otros, la promoción de su libro más reciente, La violencia de Estado en México, del cual La Jornada ofreció ayer un adelanto en esta sección. En su faceta de tenor, tiene en preparación dos nuevos discos, para grabarlos con el pianista Antonio Bravo.
Polígrafo, traductor, investigador y divulgador de las lenguas originarias de México, verdadero renacentista contemporáneo, los intereses intelectuales de Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 13 de junio de 1947) abarcan los más diversos campos del conocimiento humano, a cada uno de los cuales se ha acercado con profundidad y rigor.
Montemayor, colaborador de La Jornada, estudió derecho e hizo la maestría en letras iberoamericanas en la Universidad Nacional Autónoma de México; en El Colegio de México estuvo adscrito al departamento de Estudios orientales.
Su trabajo literario tuvo como punto de partida la poesía, género en el cual ha publicado títulos como Las armas del viento (1977), Abril y otros poemas (1979), Finisterra (1982), Abril y otras estaciones. Su narrativa, según ha contado, es un reflejo de la poesía en la prosa, concebidas ambas como una forma de toma de conciencia de la realidad: social, comunal, sensorial.
Estudioso de las lenguas originarias
En narrativa, es autor de los libros de relatos Las llaves de Urgell (1971), El alba y otros cuentos (1986), Operativo en el trópico (1994), Cuentos gnósticos (1997) y La tormenta y otras historias (1999). Entre los múltiples y prestigiados premios que ha ganado, en 1971 obtuvo el Xavier Villaurrutia por el libro Las llaves de Urgell y en 1993 se hizo merecedor del Premio Juan Rulfo de Radio Francia Internacional por el cuento Operativo en el trópico o el árbol de la vida de Stephen Mariner.
Como novelista es autor de Mal de Piedra (1980), Minas del Retorno (1982), Guerra en el paraíso (1997), Los informes secretos (1999) Las armas del alba (2003) y La fuga (2007).
Quizás la más celebrada por la crítica y los lectores es Guerra en el paraíso, en la cual documenta y recrea la guerra sucia de los años 70 del siglo pasado del gobierno de México contra la guerrilla de Lucio Cabañas.
También se ha especializado en la investigación y estudio de las lenguas originarias de México, campo en el que ha hecho aportaciones fundamentales.
Su interés por los idiomas indígenas surgió al realizar, entre 1979 y 1980 una antología de cuentistas oaxaqueños. Su experiencia al respecto la cuenta en el libro Encuentros con Oaxaca. En este campo es autor de Arte y trama en el cuento indígena, Arte y plegaria en las lenguas indígenas de México, La voz profunda: antología de literatura mexicana en lenguas indígenas y del Diccionario del náhuatl en el español de México.
Carlos Montemayor es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua; de la Real Academia Española y del Consejo Científico Internacional de la Association Archives de la Littérature Latino-Américaine des Carïbes et Africaine du XX siècle, y de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas, 1996.
La música ha sido otra de las grandes pasiones del maestro. Montemayor empezó a estudiarla desde los siete años de edad, concentrándose en la guitarra y posteriormente en el piano. Su gusto por el bel canto se gestó escuchando óperas de Puccini y de Verdi, aunque se decidió a cantar años después, cuando preparó el libreto para la ópera Encuentro en el ocaso, del compositor Daniel Catán.
En la Escuela Superior de Música tomó clases con Roberto Bañuelas y con Guadalupe Campos; en Madrid estudió en el conservatorio de canto.
Como activista político y luchador social también ha jugado un papel relevante. En este ámbito, su más reciente participación fue como integrante de la extinta Comisión de Mediación entre el gobierno federal y el PDPR-EPR, para investigar el paradero de dos desaparecidos políticos.