El cambio climático afectará considerablemente la producción agropecuaria de los próximos años y habrá enormes pérdidas en México que podrían representar hasta 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) agropecuario debido a extremas sequías e inundaciones, alertó ayer el director de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, Arturo Escalante, en el foro La agricultura campesina en búsqueda de un sistema financiero rural en México.

En el foro, el catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, Armando Bartra, advirtió que es preciso restituir una economía campesina sustentable para dar respuesta no sólo al cambio climático, sino a la crisis multidimensional que enfrenta el país. En tanto, el director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, Víctor Suárez, denunció que en México hemos retrocedido en todos los ámbitos, pues sólo 1.4 por ciento de los productores tienen acceso al crédito, el financiamiento al sector agropecuario ha caído de 17 a 2 por ciento y los campesinos pagan mayores réditos que los productores de la Unión Europea y de Estados Unidos, dijo.

Otros expertos analizaron el sistema financiero rural que se requiere para reactivar la agricultura, fortalecer y reorganizar la banca de desarrollo, necesidades y requerimientos para mejorar las condiciones de vida de los campesinos, entre otros temas.

Uno de los puntos fundamentales que se abordaron fue el del cambio climático, ya que todos los ponentes reconocieron sus implicaciones económicas, productivas y de soberanía alimentaria. Escalante planteó que las pérdidas de productos agropecuarios ocasionadas por el cambio climático harán necesario incrementar hasta 64 por ciento el crédito al sector agropecuario.

El esquema financiero rural mexicano va a la zaga de lo que el cambio va a generar, se va a requerir no sólo más dinero, sino maneras distintas de usar los recursos; va a cambiar la prioridad de los apoyos a cultivos, porque habrá nuevos modelos de producción alimentaria y debe abandonarse para siempre el criterio de que la agricultura debe servir a los mercados, porque tiene que servir ante todo a las personas, dijo.

Suárez indicó que en México las tasas de interés para los productores son de 3 por ciento mensual, mientras en Estados Unidos es de 3 por ciento anual y en la Unión Europea del 1.5 anual, lo que representa una desventaja abismal y deja a casi 30 millones de mexicanos al margen del financiamiento.

Por su parte, Bartra dio un panorama del país y el sector agropecuario, al sostener que la crisis es no sólo del neoliberalismo sino del propio capitalismo y se extiende a una crisis de los modelos de consumo y alimentación, por lo que es fundamental la revisión de estos esquemas, que no son sustentables.

En el foro, Adan Carlos dos Santos, representante de una sociedad de cooperativas de Brasil denominada Cresol, presentó todo un sistema integrado de empresas sociales que hizo ver a los asistentes que otro modelo de producción agropecuaria es posible, con dignidad, buen trato y calidad de vida para los campesinos y con apoyos financieros estatales.