Moscú, 24 de febrero. Ante la magnitud de las quejas que recibe por la alteración de resultados en las urnas, el comisionado federal para los derechos humanos en Rusia, Vladimir Lukin, va a recomendar al presidente Dimitri Medvediev que las comisiones electorales locales –las cuales califican los sufragios regionales y municipales en cada entidad de la federación– se integren con ciudadanos elegidos de modo aleatorio.

Acaso porque sabe que la sugerencia nada va a gustar al Ejecutivo bicéfalo de Rusia –formado por el presidente y su primer ministro Vladimir Putin–, la oficina de Lukin, presumiblemente, filtró una copia al diario local Gazeta del informe que presentará el ombudsman ruso a Medvediev.

Publicados fragmentos de dicho informe este miércoles, no es claro qué se busca con la filtración periodística: recabar apoyo entre la población para que prospere la iniciativa o curarse en salud, al asumir como propio un justo reclamo, pero inviable en las actuales condiciones.

Parece poco probable que el Kremlin acepte la recomendación en la medida en que el actual mecanismo electoral, creado desde y para el poder –con funcionarios públicos dependientes, unos en lo político y otros económicamente, de las autoridades de cada lugar–, cumple su propósito de garantizar las mayorías parlamentarias a las elites gobernantes tanto en Moscú como en el interior de Rusia.

Ningún procedimiento de votación y conteo de sufragios, por más perfecto que se crea, puede considerarse remedio eficaz contra los excesos y arbitrariedades, si el cumplimiento de dicho procedimiento está bajo control de personas supeditadas por completo a las autoridades de cada lugar, advierte Lukin en su informe.

Propone, por tanto, que las comisiones electores locales, como sucede con los jurados populares, se integren con ciudadanos que residan en dicho territorio, seleccionados de forma aleatoria.

En todo caso, por ahora la oficina del ombudsman no pone en entredicho la imparcialidad de la Comisión Central Electoral, la máxima instancia en el ramo en el país, cuyos miembros son designados por el Kremlin.