Científicos de 10 países de América Latina y Europa iniciaron en la ciudad de México el Proyecto Babethanol, que indaga métodos químicos limpios para desarrollar una nueva generación de biocombustibles, con los residuos como el olote de maíz, los huesos de las aceitunas, el trigo, los tallos de la avena o el bagazo del tequila.

Encabezados por expertos de la Facultad de Química de la UNAM y el Instituto Nacional Tecnológico de Toulouse, Francia, el grupo de especialistas pretende utilizar esta materia prima de sustratos lignocelulósicos, que no tienen uso ni valor en el sector alimentario, para desarrollar etanol.

Estos sustratos son desperdicios que se generan alrededor de alguna actividad industrial, y que, como en estos casos, tienen lignina, celulosa y hemicelulosa, a los hay que hacerles una serie de tratamientos para convertirlos en glucosa, que es lo que se fermenta con levaduras para llegar al etanol, explicó el doctor en química Eduardo Bárzana García, director de la FQ.

La parte de la fermentación del etanol es muy conocida desde tiempos antiguos, pero todavía es un gran reto la transformación de los residuos lignocelulósicos en azúcar.

Ése es el propósito de este proyecto, y de muchas investigaciones que se llevan a cabo en todo el mundo, para aprovechar residuos del proceso del aceite de palma, de la avena y del trigo, entre otros productos agroindustriales, añadió.

El Proyecto Babethanol, según un comunicado de la UNAM, se enmarca en un plan científico que busca soluciones para un enfoque más sustentable de etanol renovable de segunda generación.

La propuesta que se analizará en el proyecto es la transformación de residuos agroindustriales por métodos fisicoquímicos y enzimáticos. Esta iniciativa será desarrollada y probada desde el laboratorio hasta la escala piloto semi-industrial con diferentes residuos y materias primas.

En México se estudiará en particular el bagazo de agave azul, que se genera en grandes volúmenes como subproducto de la industria tequilera nacional.

Bárzana García recordó que el Proyecto Babethanol se inició en mayo de 2009 y tuvo su primera reunión en julio de ese año en Toulouse.