La arquidiócesis de México y los Caballeros de Colón determinaron que dos veces al año se realizarán maratones de confesiones en la Catedral Metropolitana para hacer este sacramento más asequible a los fieles, además de que en esta iniciativa se dará como beneficio adicional la dispensa a pecados reservados sólo al obispo.

Por segunda ocasión se realizó el maratón de confesiones en dicho templo, en el que en 12 horas y media poco más de 3 mil 200 fieles quedaron limpios de pecado, desde los leves hasta los graves, como el aborto.

El sábado, los fieles desde temprana hicieron fila para que las faltas animadas por la ira, envidia, lujuria y soberbia fueran asunto del pasado y lograr la reconciliación con Dios en esta época de Cuaresma.

En el segundo maratón, iniciativa propuesta por el cardenal Norberto Rivera y organizada por los Caballeros de Colón, 16 sacerdotes confesaron a los feligreses desde las 8 de la mañana a las 20:30 horas en cinco confesionarios fijos y tres portátiles y, tal como ocurrió en la primera versión de esta actividad, fueron más hombres que mujeres los que respondieron a la convocatoria.

Alfredo Martínez, vocero de los Caballeros de Colón, entrevistado durante el maratón, señaló que de los pecadores, alrededor de 60 por ciento fueron hombres, y las edades de fueron variadas, pues había desde siete hasta los 92 años de edad y con periodos de no haberse confesado que iban desde unos cuantos días hasta tres décadas. De hecho, contrariamente a lo que se pudiera pensar, en las filas no predominaban las personas de la tercera edad, sino los jóvenes.

Algunos fieles refirieron a este diario que, como no son muy asiduos a cumplir con este sacramento, el cual debe cumplirse por lo menos una vez al año, al enterarse del maratón no podíamos dejar pasar la oportunidad, y revelaron que las faltas en que más se incurren son la soberbia, el enojo (ira), la envidia y también la falta de fidelidad conyugal.

Esteban reconoció que la fidelidad no es mi fuerte y que ha intentado enmendar el camino sin mucho éxito. Me confieso y me propongo no hacerlo otra vez, pero ya ves, aquí estoy y tengo que confesarme.

Ángela Forero, colombiana que vive en México, reconoció que no se confiesa seguido, pues la vez anterior fue hace como dos años y no lo hago porque me da miedo. En Colombia un sacerdote me regañó porque no me sabía el Yo pecador.

Gustavo dijo confesarse relativamente seguido y acotó que se enteró del maratón por el semanario Desde la fe. Respecto a si es o no muy pecador, prefirió omitir la respuesta y se apuró a ocupar su lugar en la fila.

Durante la mañana hubo mayor afluencia y, de acuerdo con Martínez, el hecho de que hayan sido menos los confesados en este maratón –en el primero hubo más de 4 mil– podría deberse a que por ser el segundo muchos fieles pueden no estar tan urgidos de confesarse. Los maratones se realizarán el sábado anterior al primer domingo de Cuaresma, y el sábado anterior al primer domingo de Adviento, en preparación al nacimiento de Cristo.