Entre el miércoles (fecha de apertura) y el sábado, la Feria Internacional del Libro de Palacio de Minería (FILPM) tuvo una afluencia de cerca de 30 mil visitantes, 6 mil 500 más que el año pasado, informó Dulce María López, jefa de prensa del encuentro, que este domingo también se vio colmado por cientos de personas. El año pasado asistieron alrededor de 118 mil visitantes, cifra que aún se espera rebasar.

Una de las principales actividades de ayer fue el inicio del encuentro literario Algún día en cualquier lugar; bicentenario: letras de Chile y México, que comenzó con la ausencia del escritor Carlos Fuentes, quien por problemas de salud no pudo ofrecer la conferencia magistral con la que se inauguraría el acto.

En la apertura, el embajador de Chile, Germán Guerrero Pavez, destacó la relevancia del foro como diálogo prácticamente inédito, ya que por vez primera se reúnen más de 40 intelectuales chilenos y mexicanos para conmemorar los 200 años de la independencia de ambos países.

El diplomático apuntó que este encuentro trasciende el carácter literario, pues será espacio para pensar el pasado y avanzar en ideas sobre el futuro de ambos países. Resulta significativo un foro en el que se reflexione sobre el camino recorrido y sobre el futuro que enfrentamos. Sobre nuestros fracasos y nuestros sueños. Sobre lo que somos, pero, principalmente, sobre lo que queremos ser.

En su momento, los rectores José Narro Robles, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Raúl Arias, de la Universidad Veracruzana, coincidieron con el diplomático en destacar la importancia del foro, cuya primera actividad fue una mesa redonda en la que participaron Damiela Eltit, José Miguel Varas, Juan Villoro y Sealtiel Alatriste.

Por otra parte, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, acompañado por el estudiante Omar Espinosa Severino, de quinto semestre de la carrera de arqueología, presentó su libro Las piedras negadas: de la Coatlicue al Templo Mayor.

Editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en su colección Lecturas Mexicanas, el volumen es un reconocimiento a los arqueólogos mexicanos y estudiosos del México antiguo, centrado en el Centro Histórico de la ciudad de México, señaló Matos Moctezuma.

En seis capítulos (el séptimo escrito por Espinosa Severino), el libro esboza un panorama del desarrollo de la arqueología mexicana, a partir del hallazgo en 1790 de la Coatlicue, pasando por el de la Coyolxauhqui, en 1978, hasta el rescate del Templo Mayor, entre 1978 y 1982.