La primera emisión del programa televisivo Diálogo ciudadano, mediante el cual en una hora Felipe Calderón contestó a preguntas de los ciudadanos, el 6 de septiembre de 2009, costó a los mexicanos 221 mil 215 pesos por el pago de servicios integrales, según datos de la Presidencia de la República.

Dicho gasto se relacionó con “las reuniones del Diálogo ciudadano”, aseguró en respuesta a una solicitud de información. Declaró, no obstante, la inexistencia de contratos e información sobre los honorarios del moderador del programa (Leonardo Curzio); el monto que se pagó a los canales 2, de Televisa, y 13, de Tv Azteca; el presupuesto total asignado, así como el tiempo invertido por el titular del Ejecutivo federal para la preparación del programa.

La transmisión del programa tuvo como marco de referencia el tercer Informe de gobierno. En esa fecha respondió Calderón a desempleados, obreros, amas de casa, microempresarios, estudiantes y otros que la batalla contra el crimen organizado va a durar mucho tiempo y que su interés fundamental es la seguridad ciudadana y dejar un país en mejores condiciones que las actuales.

Para seleccionar a los participantes que hicieron las preguntas a Calderón, Presidencia aseguró que se aplicaron tres métodos: El reclutamiento (de personas) en puntos de afluencia en diversas ciudades del país; a través de las dependencias del gobierno federal que tienen contacto ciudadano, y mediante la Red federal de servicio a la ciudadanía, con personas que contactaron a la Presidencia de la República.

Los participantes en el programa, detalló, provinieron de 24 entidades del país. El mayor número de participantes (11) radicaba en el Distrito Federal.

En total participaron 100 ciudadanos, de los cuales 53 fueron mujeres y 47 hombres. Los niveles de edad de los participantes fueron: 11 años (uno); de 17 a 25 años (28); de 26 a 40 años (32); de 41 a 69 años (33), y de 70 a 80 años (6).

Ya en el programa se adoptó, según Presidencia, el siguiente procedimiento: Los nombres de los 100 participantes se pusieron en tarjetas. Las 100 tarjetas, dobladas, se colocaron en una urna de cristal. El moderador del programa seleccionaba, de manera aleatoria, una tarjeta con el nombre de uno de los participantes. La persona que saliera seleccionada planteaba su pregunta al Presidente. El proceso de selección aleatoria de tarjeta se repetía al momento en que la pregunta había sido respondida.

De acuerdo con esa entidad del Ejecutivo federal, no se firmó ningún contrato con las televisoras; tampoco para el pago de emolumentos del conductor, ni se asignó un presupuesto específico para la emisión.

Debido a que la Presidencia sólo respondió a una de cinco preguntas, el solicitante presentó un recurso de revisión ante el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), y este miércoles en sesión plenaria se espera que el comisionado Ángel Trinidad Zaldívar presente la ponencia respectiva.