El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, señaló que sus responsabilidades como funcionario demandan discreción para preservar la funcionalidad del gobierno y la estabilidad del régimen, y aseveró que su estrategia para negociar con el PRI la Ley de Ingresos fue una decisión personal de la cual no le informó previamente al presidente Felipe Calderón.

Está en la lógica de un secretario de Estado tomar decisiones, porque la lealtad que se le debe pedir a un funcionario es servir al gobierno y al Presidente, y no le tiene que tener de todo informado, porque si no, simple y sencillamente los secretarios de Estado no podrían cumplir con su función ni construir acuerdos ni nada.

Lo que debe preservarse, agregó, “es que lo haga con absoluta lealtad institucional al gobierno que sirve y al Presidente que lo encabeza. En esa lógica serví y pretendí servir; nadie me puede reprochar algo distinto.

“Lo que sí, tengo que dejar a salvo al Presidente de la República de las decisiones que yo haya tomado, porque las hice bajo mis estrictas responsabilidades, y en honor a la verdad, él (Calderón) fue informado ex post, después de un periodo en el que él salió de viaje y yo me operé.”

Por otro lado, en el PAN hay quienes consideran inadecuado que el funcionario siga al frente de Gobernación, porque se preguntan de qué manera defenderá el proyecto de un partido al cual ya no pertenece. Por ejemplo, el senador panista y ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, declaró el sábado anterior, en el Consejo Nacional de ese partido, que sería deseable que el responsable de la política interna fuera un panista, para impulsar desde esa posición el proyecto de gobierno albiazul.

Aunque el viernes pasado Gómez Mont sostuvo que no detallaría los motivos que lo llevaron a renunciar al partido en el que militó tres décadas, a partir del lunes decidió dar un viraje a su estrategia y empezó a difundir su versión.

Reconoció que sí negoció con el PRI para asegurar el apoyo de los legisladores de ese partido al plan fiscal de Calderón; en alguna parte de la conversación publicada se dijo que fue a cambio de que el PAN no participara en la alianza electoral con fuerzas de izquierda en Oaxaca.

Sin embargo, respecto de los comentarios acerca de que un secretario de Gobernación que ha renunciado a su partido (en el poder) debe dejar también su función pública, dijo que a él no le toca evaluar tal circunstancia porque yo soy un soldado del Presidente.

Aseguró que permanecerá en Gobernación mientras lo decida el Ejecutivo y mientras existan las condiciones para que ello ocurra. Si se dejan de dar, pues tendría que actuar en consecuencia, no tengo ninguna otra lógica más que la de buscar ser un servidor eficaz en esta secretaría si se dan las condiciones para ello, y si no, asumirlo y a otra cosa.

La política de alianzas y, en particular, la coalición con el PRD en Oaxaca, fue una decisión tomada en el PAN de manera unánime. No obstante la inconformidad con su partido, Gómez Mont señaló que cumplirá con sus atribuciones con toda diligencia, más allá de si el interlocutor es el PAN, el PRI o el PRD, porque no es una cuestión de caprichos sino de deberes.

Dijo: que vale la pena desgastarse con tal de servir a México, porque político que no se gasta, se desgasta, y el político que se gasta para cumplir con sus deberes no sirve de nada. Y no me he preservado ni me he cuidado de estas cosas (porque) no me parecen ni correctas ni honradas ni honorables.