Toluca, Méx., 16 de febrero. El gobernador Enrique Peña Nieto informó que su administración trabaja con los gobiernos federal y del Distrito Federal en un programa emergente de obras y acciones para los próximos 100 días a fin de reducir los riesgos de inundaciones en la zona metropolitana del valle de México.

No obstante, aclaró que las obras no garantizarán que ya no habrá anegamientos en las zonas aledañas a los ríos La Compañía y Los Remedios, pues los sistemas de drenaje de la zona metropolitana están totalmente rebasados y no hay recursos para crear la infraestructura que se requiere, valuada en 40 mil millones de pesos, y ningún gobierno está en posibilidades de solventarla.

Entrevistado en Toluca, Peña Nieto indicó que las acciones a realizar en los próximos tres meses, antes de la temporada de lluvias, se decidirán en la mesa que instaló anoche la Secretaría de Gobernación, en la cual participan el gobierno mexiquense, el capitalino y la Comisión Nacional del Agua.

Ya sabemos más o menos que obras se tienen que realizar, sólo falta definir quién hace qué para tener claro al final quién cumplió y quién no, expresó.

Una de las posibilidades, aunque lejana, es la reubicación de viviendas asentadas en el margen del río La Compañía. Este planteamiento ya se hizo en la mesa, pero la decisión se tomará en unos días, ya que el traslado de casas y familias requiere una inversión importante, acotó.

Peña Nieto mencionó que los tres gobiernos harán reasignaciones presupuestales para realizar estas obras, encaminadas a mitigar los efectos de las inundaciones y a reducir el riesgo para la población.

Sobre la situación en los municipios de Valle de Chalco y Chalco, sostuvo que se espera concluir la limpieza a más tardar este jueves, para que de inmediato se realice el censo de viviendas dañadas y el fin de semana se empiecen a distribuir apoyos a los afectados.

Se calcula que hay alrededor de 100 mil damnificados, pues se han contabilizado 10 mil casas siniestradas en Nezahualcoyotl y Ecatepec por el desbordamiento del río de los Remedios, y una cantidad similar por los escurrimientos del río La Compañía.

Casi dos semanas después de que empezaron las inundaciones en Valle de Chalco, estado de México, los colonos siguen sacando escombros y lodo de sus casas y hacen filas para recibir despensas.Foto Alfredo Domínguez

La vivienda de la familia García, que perdió todos sus mueblesFoto Alfredo Domínguez

Sólo se repondrá parte de lo perdido, advierten a afectados

El subsecretario de Gobierno del estado, Alejandro Osuna Rivero, señaló que no hay recursos suficientes para indemnizar al ciento por ciento a comerciantes, empresarios y vecinos afectados, y sólo se resarcirá parte del daño. Ofrecer lo contrario sería mentir, crear falsas expectativas.

El gobierno del estado de México, dijo Osuna, no ha definido cuánto dinero repartirá entre las familias damnificadas, pero el apoyo que se otorgue será parejo para todos, sin diferencias.

Mientras, la colonia Avándaro parece un pueblo fantasma de casas y calles cubiertas de lodo. No hay gente; sólo se escucha el aullido de algún perro encerrado desde hace 11 días, cuando se fracturó el canal La Compañía.

El paisaje desolador se observa desde la autopista México-Puebla, que el domingo pasado dejó de ser helipuerto para altos funcionarios federales y estatales. Ya no se ve a políticos en la zona de desastre, sólo hubo trabajadores de Caminos y Puentes Federales que cubren la podredumbre con cal, así como cuadrillas de trabajadores y elementos de la Agencia de Seguridad Estatal que los ayudan, y a algunos mandos que los supervisan.

Ya no hay aguas negras, pero aún se ven las marcas del nivel que alcanzó la inundación. En el acotamiento de la carretera se acumulan toneladas de lodo que se extienden por la lateral, a calles transversales y a las casas construidas al pie del canal.

Sonia Flores Gutiérrez es propietaria del inmueble ubicado en la confluencia de la calle Tamarindo y la lateral de la autopista, en la colonia Avándaro. Es una de las pocas casas donde se observa movimiento. Aseguró que la madrugada del 5 de febrero ninguna autoridad nos avisó de la inundación. Por nuestros propios medios tuvimos que dejar la casa y ponernos a salvo.

La familia de Sonia pudo revisar su vivienda; mientras, vecinos de las calles Del Canal, Tamarindo, Aguacate, Lima, Níspero, Colorín, Olivo y Oriente 17 ni siquiera pueden acercarse a sus casas, llenas y rodeadas de lodo.