La Arquidiócesis calificó de irresponsables a los gobiernos de Michoacán, Distrito Federal y estado de México, debido a que las inundaciones –que afectaron el patrimonio de cientos de familias y en algunas comunidades ocasionaron pérdidas de vidas humanas– evidenciaron la falta de acciones de sus gobernantes en infraestructura para hacer frente a los fenómenos naturales.

Tras lamentar lo sucedido en poblados de Michoacán –donde ha sido mayor el número de víctimas y damnificados–, la Iglesia cuestionó en su semanario Desde la fe: “¿Dónde han estado las autoridades (estatales) mientras manos criminales acaban con los bosques día y noche, dejando sin defensas naturales a los pueblos que están junto a las montañas?

Programas van y programas vienen, y no se logra detener la tala inmoderada de miles de árboles, que nadie se preocupa por reponer ni cuidar. Los gobiernos presumen de haber plantado millones de árboles y lo único que vemos es la deforestación sin freno, que está convirtiendo nuestros bosques en desiertos.

En el editorial de su publicación, pregunta: ¿Dónde estaban las autoridades (de Chalco) cuando líderes corruptos invadieron esas tierras, en lugares donde nunca se debió construir ni una casa y hoy tenemos ciudades enteras? Nos preguntamos dónde está ahora la autoridad para dar una verdadera solución y evitar en el futuro nuevas tragedias.

Algunos gobernantes, más preocupados por su imagen

Parece que algunos gobernantes están más preocupados por su imagen pública que en solucionar el desastre urbano en que se ha convertido el estado de México.

Consideró que las inundaciones del Distrito Federal podrían haberse evitado si las autoridades locales estuvieran trabajando con mayor responsabilidad en solucionar a fondo el problema del agua potable, saneamiento y uso de aguas negras, y no promoviendo obras inútiles, frívolas y costosas, como las pistas de hielo y otras que son mero circo.

Calificó de absurdo que la ayuda a los damnificados no llegue con prontitud y eficacia por la pusilánime actitud de las autoridades del DF de desconocer al gobierno del Presidente de la República y entorpecer con ello infinidad de acciones y programas en beneficio de los habitantes de la ciudad, que de ninguna manera es propiedad de un partido.