Bogotá, 12 de febrero. Cerca de 3 mil menores han sido asesinados por grupos paramilitares en Colombia, donde unos 14 mil niños han sido reclutados por grupos armados ilegales, indicó hoy en un informe la organización no gubernamental (ONG) Tribunal Internacional sobre la Infancia afectada por la Guerra y la Pobreza.

La ONG hizo la afirmación en un informe que elaboró entre 2005 y 2010 y que publicó este viernes, en que se conmemora el día mundial de la utilización de niños en conflictos armados.

En el documento de la ONG se asegura que los grupos armados colombianos continúan reclutando a niños y niñas y son los responsables de los crímenes de lesa humanidad contra la infancia.

Añadió la organización que los grupos al margen de la ley son culpables de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y crimen de genocidio.

Estimamos que en los últimos 20 años han muerto miles de niños, niñas y menores a consecuencias de combates en Colombia, si tomamos que uno de cuatro combatientes es un niño o una niña en los grupos armados colombianos, citó el informe, y añadió que en el país sudamericano los niños son reclutados desde los seis años.

El reclutamiento de la infancia muta de actor en el conflicto, de grupo armado a miembro de bandas criminales y viceversa, una retroalimentación del escenario de los conflictos armados en el mundo y una realidad latente desde Colombia hasta África, donde las ciudades se han convertido en bombas de tiempo, agregó.

La organización también señaló que los actores del conflicto armado colombiano utilizan a los niños como informantes y a las niñas las tienen como novias, a las que violan, hacen abortar y hacen esclavas domésticas.

El VIH/sida y traumas sicológicos en los niños son huellas de la violencia sexual en los conflictos, se reconoce que en las guerrillas en Colombia no utilizan protección para las relaciones sexuales, y ha habido casos de enfermos de VIH entre sus filas, precisó.

La publicación afirmó que la pobreza y la falta de acceso a la educación o al mercado laboral son algunos de los factores que permiten que muchos jóvenes se sumen a la nuevas bandas de paramilitares que emergieron después de la desintegración de las Autodefensas Unidas de Colombia, entre 2003 y 2006.

El conflicto de los nuevos paramilitares y su reorganización en las zonas de frontera, con sus cultivos de coca, usan la infancia en sus filas criminales; lo que nosotros creemos es que ya están comprometidas las futuras generaciones de colombianos, manifestó.

Según el documento, en Colombia 25 por ciento de los niños combatientes ha visto secuestrar; 13 por siento ha secuestrado; 18 por ciento reconoce haber matado; 60 por ciento ha visto matar; 78 por ciento ha visto cadáveres mutilados; 18 por ciento ha visto torturar; 40 por ciento ha disparado contra alguien, y 28 por ciento ha sufrido heridas.

Además, señaló que en el país 30 por ciento de las víctimas de minas antipersonales son niños y 40 por ciento de desplazamiento.

Por otro lado, la Organización de Naciones Unidas (ONU) denunció que las comunidades afrocolombianas enfrentan persecución por grupos armados ilegales y de poderes económicos que buscan expropiarles sus tierras con amenazas y asesinatos de sus líderes, denunció este viernes una funcionaria internacional.

La experta independiente de la ONU sobre minorías Gay McDougal dijo al término de una visita al país que las comunidades afrocolombianas enfrentan una situación de racismo y discriminación, al igual que en otros países.

Durante mi estadía verifiqué conmovedores relatos sobre asesinatos y amenazas contra los líderes de las comunidades rurales negras, afirmó.

Me dijeron muchas personas allí (...) que están recibiendo amenazas serias contra su vida. O porque están resistiendo la presión que se les impone por los grupos armados que quieren ocupar sus territorios o por presiones que vienen de otras fuentes: de poderes económicos en los municipios o fuera de los municipios, sostuvo.

Organizaciones de derechos humanos han advertido sobre la discriminación que afronta ese sector étnico y el escaso acceso que tienen a la educación y a la salud, principalmente.

Ante este panorama, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, insistió en su relección al afirmar que ocho años es poco para recuperar la seguridad en Colombia.

La Corte Constitucional evalúa actualmente la viabilidad de convocar a un referendo sobre la posibilidad de que Uribe opte por un tercer mandato consecutivo.

Por su parte, la Iglesia católica colombiana pidió este viernes que los candidatos presidenciales debatan sobre los males que aquejan al país y dejen de lado la discusión sobre la relección.