El mediocampista argentino Christian Giménez confesó ayer que salir del América me dio fuerza y cada vez que jugaba contra ellos me preparaba mejor, con el fin de demostrarles que se habían equivocado en no dejarme ahí. Trataba de hacer las cosas bien para mi equipo y por suerte me han salido.

El ahora jugador del Cruz Azul aseguró que actualmente ya no tiene ese sentimiento y tampoco siente odio. Al contrario, dijo estar muy agradecido con las Águilas por darme trabajo y por la amistad que le han brindado algunos.

Con los únicos que ahora debe mostrarse, resaltó, es con sus compañeros, que confían en mí, por lo que trato de ser un profesional cada día, aunque aclaró: no soy salvador de nadie, yo vengo a trabajar. Somos 11 los que entramos en la cancha.

En su cita con los representantes de medios de comunicación, luego de la práctica de los Cementeros en el Centro de Alto Rendimiento –las canchas de sus instalaciones de La Noria no están en buen estado–, el Chaco recordó que el compromiso ante el club de Coapa no otorga más puntos, pero es especial y así lo estoy viviendo.

Al preguntarle si era una satisfacción especial vencer a los americanistas, el mediocampista aseguró que no. Dijo que él se siente así todos los fines de semana cuando gano. Llegó a mi casa feliz, sea cual sea el equipo al que superen.

También negó que La Máquina esté en desventaja por el apremio que tiene, luego de 15 encuentros de no vencer a las Águilas.

La presión está para los dos lados, dijo, y agregó que él lo toma con mucha tranquilidad. Estoy consciente del potencial que tenemos y tarde o temprano se verá reflejado en el terreno de juego.

Lo que sí admitió es que están muy apenados por no conseguir los resultados que queremos, pero estamos cerca de lograr ese funcionamiento. Con una victoria se levantará la confianza.

Expuso que en los días previos al encuentro han tratado de no perder la calma. En estos momentos es cuando más unidos debemos de estar. Creo que el partido contra Santos fue un golpe duro; hemos sido autocríticos y hablado, por lo que esperan que todo saldrá bien.