Tecámac, Méx., 10 de febrero. El presidente Felipe Calderón acusó que algunos responsabilizan equivocada o malintencionadamente al Ejército de la violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua, por lo cual se opuso al repliegue militar en ese municipio y el resto del país. Argumentó que la retirada dejaría en total abandono a la ciudadanía en las manos sangrientas de los criminales.

Un día antes de ir a esa urbe fronteriza, hizo una férrea defensa de la presencia de las fuerzas federales en las calles, al señalar que han respondido con lealtad y oportunidad al llamado de auxilio de gobiernos locales rebasados.

Como comandante supremo de las fuerzas armadas, anunció que continuará esa lucha, sin dejar solos a sus habitantes, hasta lograr reconstruir la autoridad de las fuerzas policiales locales, principales responsables de la seguridad de la entidad y el municipio.

Durante la celebración del Día de la Fuerza Aérea –rodeado en el presídium por la plana mayor del Ejército y de la Marina–, el Presidente impugnó a quienes critican la incursión de soldados en tareas de seguridad interior.

Advirtió: a quienes quieren ver al país sumido en la violencia les decimos que los mexicanos les seguiremos haciendo frente, con toda la fuerza de la razón y con la fuerza de la ley.

Con lo anterior el titular del Ejecutivo pareció dar respuesta a los partidos de oposición, al gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza; a algunos correligionarios, como su antecesor Vicente Fox; al ex líder de su partido Manuel Espino; al dirigente panista en Chihuahua, Cruz Pérez Cuéllar, y a especialistas que han señalado que fracasó la estrategia federal y plantean el regreso de los militares a los cuarteles.

Al plantear sus discrepancias, subió el tono de voz, y señaló: la violencia, contra lo que algunos piensan, no se terminaría con el repliegue del gobierno federal ni de las fuerzas federales; por el contrario, se agravaría, con una agravante inadmisible: que el repliegue de las fuerzas federales dejaría en total abandono a la ciudadanía y a las familias mexicanas, en las manos sangrientas de los criminales.

Un día después de que el secretario de la Defensa, Guillermo Galván, defendió la reforma política promovida por Calderón, éste sostuvo que, por su dominio territorial, disciplina, amplio conocimiento sobre estrategias de lucha, lealtad, capacidad de fuego, entrenamiento y despliegue en todo el territorio, los militares han sido fundamentales para doblegar a los delincuentes.

De hecho, atribuyó a la lucha violenta e irracional entre cárteles y grupos criminales “la abrumadora mayoría de las ejecuciones y homicidios violentos que preocupan profundamente a la sociedad mexicana”.

Ante unos mil integrantes de la Fuerza Aérea –entre tropa, oficiales, mandos y cadetes con los que había desayunado–, hizo referencia a Ciudad Juárez, donde la semana pasada fueron asesinados 16 adolescentes.

Fue cuando afirmó que contra lo que algunos, equivocada o malintencionadamente han dicho, la violencia en esa ciudad no obedece a la presencia de las fuerzas federales. La presencia de las fuerzas federales obedece a la violencia que había y hay en esa ciudad; es decir, al revés.

Advirtió que las fuerzas armadas seguirán respondiendo y apoyarán al pueblo de Chihuahua y de Ciudad Juárez. Reiteró que su gobierno redoblará y reforzará su estrategia de seguridad en esa urbe, con medidas integrales.

Los habitantes de Ciudad Juárez deben saber que no están solos, que cuentan y contarán con el apoyo del gobierno federales, de las fuerzas armadas y del Presidente, expresó.

Abundó: la sociedad mexicana es fuerte y está unida, decidida y exigente para que se defienda su derecho a vivir una vida libre y en paz.

Manifestó que el Estado mexicano es fuerte y se mantiene firme en su empeño, porque cuenta con mujeres y hombres íntegros y valientes que desde instituciones como la Fuerza Aéra seguirán luchando hasta alcanzar la victoria.

Incomprensión

En presencia del gobernador del estado de México, el priísta Enrique Peña Nieto, se había quejado de que su lucha en defensa de las leyes e instituciones ha estado llena de retos, adversidades y, en algunos casos, de incomprensión.

En su intento por justificar su estrategia anticrimen, volvió a criticar a sus antecesores, al señalar que el perfil desafiante de los criminales había sorprendido a unas debilitadas instituciones del orden civil, responsables de la administración y la procuración de justicia en distintas entidades.

Tras exaltar en reiteradas ocasiones la labor de la milicia, insistió en que se ha encargado de velar por la tropa, que ha visto incrementados sus ingresos en 60 por ciento, aunque después apuntó que no existe retribución adecuada a su entrega irrestricta.

Ordenó asimismo a los militares que sigan dando muestras de fe, unidad, lealtad y voluntad a toda prueba.