Miami, 8 de febrero. La final de la NFL entre los Santos de Nueva Orleáns y los Potros de Indianápolis, ganada el domingo por los primeros 31-17, tuvo un rating de 46.4 puntos, el mayor para un Supertazón.

Según Nielsen Co, encargada de la medición, el duelo fue visto por 114.9 millones de personas, superando los 42.1 puntos alcanzados por los equipos de Arizona y Pittsburgh el año pasado, cuando 98.7 millones de fanáticos se congregaron frente a la pantalla chica.

El encuentro más visto hasta la fecha había sido Gigantes de Nueva York contra Broncos de Denver en 1987, ganado 39-20 por los primeros.

El entrenador de los Santos, Sean Payton, dijo el lunes que sintió el peso de la historia al despertarse tras haber conquistado el Supertazón, para luego recibir una llamada de felicitación de su mentor Bill Parcells.

Payton, de 46 años, por fin tuvo en sus manos el trofeo Vince Lombardi, designado así en honor al entrenador cinco veces campeón, considerado el mejor en la historia del deporte.

Los festejos incluyeron la imagen del entrenador de mariscales Joe Lombardi posando junto al trofeo en honor a su abuelo. Joe, su padre Vince y sus dos hermanos posaron con este trofeo, los cuatro, indicó.

Payton remarcó su orgullo por haber dirigido al equipo campeón. Ser entrenador y formar parte de un gran equipo, con jugadores como (el mariscal) Drew Brees, me enorgullece y no lo tomo a la ligera. Me siento muy afortunado y bendecido por eso, manifestó.

Payton fue uno de los apadrinados por Parcells, dos veces ganador del Supertazón, quien también apoyó a Tim Coughlin, de los Gigantes de Nueva York, hace dos años, y al entrenador de los Patriotas de Nueva Inglaterra Bill Belichick, triunfador tres veces en la década pasada.

Bill (Parcells) ha sido una gran influencia en nuestras carreras, destacó Payton.

Recibirán a los campeones

Tras una larga jornada de celebración que se extendió hasta el amanecer de este lunes, la ciudad de Nueva Orleáns se apresta a recibir el martes a los Santos.

Varias escuelas, los tribunales y numerosos establecimientos públicos amanecieron cerrados, después del jolgorio del domingo, en el que la ciudad se convirtió en un mar humano de festejo.

En Bourbon Street, una de las principales arterias de la ciudad, miles de fanáticos dieron rienda al entusiasmo para celebrar el histórico triunfo que debieron esperar 43 años desde que la franquicia ingresó en la liga, en 1967.

Después de observar el choque, la marea humana se lanzó a las calles para expresar su reconocimiento a los combativos Santos.

El campeón era el favorito sentimental de la mayoría de los amantes de este deporte, entre ellos el presidente Barack Obama, debido a que Nueva Orleáns no se ha recuperado de las heridas del huracán Katrina, que devastó el territorio en 2006.

Cuatro años atrás, cuando Payton y Brees ingresaron al equipo, los Santos no tenían siquiera una instalación donde jugar, y el respaldo era mínimo ante la terrible situación de miles de personas sin hogar y con carencias de todo tipo.

Incluso era dudoso que los Santos pudieran mantenerse en la ciudad y recibir suficiente apoyo para continuar en la liga ante la magnitud de la tragedia.

Pero Payton inició un paciente y esforzado trabajo, que en primer lugar concedió confianza a los jugadores y poco a poco rindió los frutos esperados, hasta convertir en campeón a una de las peores franquicias de la liga.